lunes, 14 de marzo de 2016

La burbuja valenciana

lunes, 14 de marzo de 2016

Una burbuja se puede definir cuando algo crece por encima de lo que puede soportar realmente. Un problema que se ha tenido en España es precisamente que nuestros políticos han «inflado» en exceso casi todo lo que ha caído en sus manos. Esta habilidad para «convencernos» y lograr los suficientes apoyos no la demuestran sin embargo, a la hora de crear soluciones y aportar ideas. Remitiendo al análisis de César Molinas sobre la clase política española, su autor explica a grandes rasgos que en España los políticos cuando no tienen nada que ofrecer, se lo inventan.

La inmobiliaria no es la única burbuja en la que nos han metido en las décadas recientes. Las burbujas de infraestructurasla del fútbol y otras como la universitaria —en la que se han matriculado miles y miles de estudiantes que ahora están en el paro, fuera de España o subempleados— son claros ejemplos. Algunas veces no son consecuencia directa, sino que son residuos provocados por una reiterada manera de proceder. Esta se basa en la excesiva tendencia de los políticos de ignorar las evidencias y faltar a la verdad, hasta tal punto, que llegan a engañarse a si mismos.

Lo que ha ocurrido en la Comunidad Valenciana desde la transición obedece a una coyuntura que en el caso de esta comunidad merece un análisis separado. Esta situación solo se comprende identificando a los distintos agentes y protagonistas del panorama político español, y los papeles que, queriendo o no, ha tocado desempeñar a cada uno de ellos.

El origen

La situación tras la transición se podría definir, muy brevemente, compuesta de dos bandos: uno «heredero» de un tardofranquismo normalmente identificado como «la derecha», que poco a poco había ido distanciándose de la época más negra de la posguerra. Por otro, una serie de grupos que hasta ese momento habían estado en la clandestinidad —o en el extranjero— representados principalmente por el PSOE y el PC, que aglutinaban de forma genérica a «la izquierda» y en general, a todo el antifranquismo. Es decir, poco más que una continuación «ligth» de los bandos de la Guerra Civil en los que se metían en un mismo saco a mucha gente de ideologías diversas. Un tercer «bando» serían los nacionalismos, aunque estos se han aliado en no pocas ocasiones con los grupos que actuaban en la clandestinidad durante el régimen franquista. 

Esta alianza entre nacionalismos separatistas y la izquierda española, no por motivos ideológicos o por afinidades culturales comunes sino por pragmatismo dentro de un maniqueo juego político, resulta fundamental en la historia reciente de la región valenciana. Mientras que en todas las comunidades han tenido clara su situación en el «mapa de pactos», en la valenciana las dudas han ido surgiendo en aumento desde la transición. La región cuya principal población fue capital de la 2ª República Española durante La Guerra, la que durante tres legislaturas votó mayoritariamente a un partido alineado en la izquierda como el PSOE, ha tenido que padecer desde sus inicios y antes que otras comunidades debido a su idiosincrasia particular, los defectos del actual sistema de representación político.

El desengaño

La sociedad valenciana ha sido ejemplo durante una buena parte de su historia de civismo ciudadano, de iniciativa, de libertad, de heterogeneidad, de diversidad, de aprecio por la cultura propia, respeto hacia la ajena y de ausencia de nacionalismos excluyentes. Una parte de esa sociedad fue protagonista de una de las primeras victorias de la sociedad civil contra el abuso de poder, que pretendía una pesadilla urbanística en lo que hoy es un jardín de nueve kilómetros de largo. Otro ejemplo clásico es el singular carácter festivo que comparten las fiestas de las tres principales ciudades: Las Fallas, Las Hogueras y las Fiestas de la Magdalena. En el caso más conocido de las Fallas, en su origen no era un evento organizado desde una institución central —como trajo el franquismo después— sino fruto de la actividad espontánea de toda una sociedad que se lanzaba a la calle para celebrar la llegada de la Primavera y «quemar todo lo malo» acumulado durante el año. Aunque el franquismo perturbó la concepción original, las Fallas continuaban siendo una fiesta singular por cuanto era creada en una gran parte desde la base, por la propia gente de los barrios que salía a la calle. En este contexto, la llegada de la democracia no podía tener otro ganador que un PSOE que representaba —en teoría— la oposición moderada y cívica. Pero las primeras acciones de gobierno autonómico trajeron consigo consecuencias inesperadas.

La izquierda española lleva practicando el absurdo juego de renegar de lo español y aliarse con los nacionalismos periféricos porque alguien pensó que de esta manera obtenían un beneficio político. Puede que así haya sido en algún grado, pero lo que han logrado en definitiva, ha sido alimentar un monstruo que ahora no controlan y que casi les destroza. No es este un artículo para hablar de las causas ni justificación del nacionalismo catalanista, pero es un hecho que existe, tanto como su rechazo en la Comunidad Valenciana. La problemática de este fenómeno originado en Cataluña pero que afecta a otras regiones como la mencionada se puede resumir en dos puntos: (1) el catalanismo necesita a la Comunidad Valenciana para su idea de construcción de un estado catalán viable. Y (2), la sociedad valenciana rechaza mayoritariamente dicho nacionalismo no por motivos ideológicos —en el sentido maniqueo izquierda o derecha— sino simplemente porque no se identifica con él en los términos que los estrategas pan-catalanistas desean —tan irracional pueden ser unas posturas como otras, ahora bien, entre la apropiación política forzada del catalanismo y la autodefensa valenciana, me quedo con esta última—.

Centrándonos en lo ocurrido desde la transición, el gobierno socialista presidido por el melifluo Joan Lerma impuso en las escuelas públicas valencianas para la asignatura de valencià, una normativa ajena y extraña junto a un profesorado importado de Cataluña. Nuevos profesionales que encontraron en la enseñanza de una lengua creada y normalizada desde el poder político, una forma de vida. El rechazó fue generalizado y la polémica nos ha acompañado hasta prácticamente nuestros días. La creación de la Academia Valenciana de la Lengua ha reducido el problema interno en la comunidad, aunque fuera de ella el catalanismo continúa su modelo de absorción cultural y político exactamente igual. No obstante, no fue este el único motivo de disgusto de la sociedad valenciana. Además de apropiarse de los elementos culturales, también parecía que trataba de restarles valor histórico como en el caso del Teatro Romano de Sagunto. Destaca igualmente el largo padecimiento de la antigua carretera N-III. Una vía conflictiva que llevaba a la «ruta del bacalao» y a las playas de Benidorm y Cullera. Con grandes picos de tránsito que ocasionaban problemas de transporte y accidentes, pero que a pesar de todo se mantuvo durante décadas en la mayor parte de sus tramos con una ridícula vía convencional cuyos atascos han sido protagonistas hasta de anuncios de televisión. Todo un clásico de la época. Por no hablar del AVE —otra burbuja— que desde que el PSOE inauguró la primera línea a Sevilla en 1992 —con la «excusa» de la Exposición Universal— ciudades como Toledo o Lleida —que no lo han aprovechado— han tenido antes que Valencia el tren de alta velocidad, que no llegó a la ciudad del Turia hasta el 2010.

En definitiva, el ninguneo político al que se sometía la Comunidad Valenciana y la continua supeditación a los intereses del catalanismo fueron poco a poco alumbrando la llegada de la derecha al poder. Porque si para algo ha de servir la democracia es para cambiar al gobierno cuando no gusta. Dicen que la derecha española, rancia y caduca, es la causa del surgir de muchos nacionalistas en Cataluña. Pero en Valencia lo que ocurre es que el nacionalismo catalanista es la causa del aumento de votantes del Partido Popular. Este creciente descontento de la sociedad valenciana con la izquierda fue entonces aprovechado por alguien que se hizo famoso años después por ser un experto creador de burbujas: José María Aznar.

Inflando la burbuja

El antiguo presidente del gobierno español era y es muchas cosas, la mayoría de ellas poco bonitas. Pero algo que no era es tonto. Debió de darse cuenta de la oportunidad que se le presentaba —electoral y políticamente hablando—: una comunidad con la tercera capital de España, con un 10% de su PIB y su población en menos de un 5% de su territorio, y con un puerto cuya actividad económica es uno de los mayores de España y el primero en el Mediterráneo. Una comunidad ignorada por los gobiernos socialistas anteriores y que estaba en el punto de mira de un nacionalismo antagónico e irreconciliable con la derecha española. Visto fríamente, todo apuntaba a que tenía que ocurrir lo que ocurrió: Aznar comenzó una estrategia consistente en asimilar a la Comunidad Valenciana como un «ejemplo» para España. Un modelo a imitar, para así de esta manera ganarse el favor de una sociedad que estaba harta de ninguneo y desprecios, y que no acababa de asimilarse al nacionalismo catalanista —a pesar de todo el empeño que este ponía—. Dentro de las políticas tomadas en aquel entonces destaca el acabado de la autovía A-3. Aznar zanjó a los pocos meses de estar en el gobierno un problema de décadas de reivindicaciones, ante las patéticas pataletas de la oposición que insistía a pesar de no tener ni un único argumento sólido.

Fue la época de Zaplana como presidente de la Generalitat —Valenciana—, la de Terra Mítica y de programas de televisión como Tómbola, que fue exportado a Madrid. El Partido Popular absorbió a la tradicional Unión Valenciana, haciendo desaparecer de la escena política a la derecha moderada propia valenciana. El PSOE se iba hundiendo y veía como su proyecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias lo acababa un gobierno de otro partido político. Rita Barberá comenzó su largo periplo como alcaldesa de la ciudad de Valencia. Le dio un vuelco a la imagen de la ciudad, además de recuperar el entorno natural de la playa de El Saler, embrutecido en la época del franquismo con un horrible paseo de hormigón que los socialistas ni tocaron, a pesar de que destrozaba el paisaje y también, el funcionamiento de las corrientes de aire y el proceso de formación dunar. Las ganas de agradar lograron cambios positivos en un principio, algo que se nota en la mejora de la Comunidad Valenciana como destino turístico. Pero los años acumulados en el poder y las excesivas ambiciones de personajes como Francisco Camps, fueron convirtiendo a esta comunidad en algo que nunca fue. El dinero que llama a la corrupción junto a la falta de controles del poder en el sistema político han hipotecado a la sociedad valenciana. Una sociedad que ya no sabe convivir y que bajo la batuta de su anterior alcaldesa, ha convertido Las Fallas —siguiendo con el ejemplo— en una deleznable oportunidad para el abuso, la falta de educación y los problemas de convivencia.

Pinchando las burbujas

Toda colectivo social que disfruta de un gran éxito suele ser objeto de deseo. En los años de mayor éxito y creación de la burbuja valenciana —con la Copa América y la creación del circuito de Fórmula 1— surgió dentro del Partido Popular valenciano un principio de emancipación del poder central que en otro contexto podría haber sido positivo, pero que en este caso se convirtió en un espectáculo lamentable de avaricia y deseo de protagonismo. No obstante, Francisco Camps no era realmente peor que otros políticos. Podría decirse que era el Aznar valenciano: un político trepa con muchos más recursos que sus oponentes. Más incluso que el propio Mariano Rajoy —aunque para lo cuál no hace falta mucho—. Una vez llegado a la máxima autoridad autonómica y sin apenas competidores, sus ambiciones apuntaban claramente a la presidencia del Partido Popular y a la candidatura como presidente del gobierno de España. Desde la calle Génova, habían dejado hacer y deshacer en la Comunidad Valenciana mientras continuaran ganando elecciones, pero Camps comenzó a ser un problema para la oligarquía del partido, que no quería competidores. Camps apartó a los Zaplanistas, favorables con el poder central del partido, pero desamparados tras la marcha de su «mentor» Eduardo Zaplana, al Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales con Aznar de presidente. Luego vino lo que vino, y Zapatero alcanzó la presidencia de España y con él, el pinchazo de la burbuja económica. Debido a lo cual, muchas bocas que hasta ese momento habían estado tapadas y muchos pactos realizados entre partidos antagónicos para no denunciarse mutuamente y poder disfrutar de los privilegios del poder, comenzaron a ser insostenibles. Tras la debacle económica se desencadenó el pinchazo de la burbuja que dependía directamente de ella: la burbuja política.

Pocos años antes de que fuera imposible para el interés de la clase política seguir tapando que estábamos en crisis, varios sucesos ocurridos en Cataluña y Comunidad Valenciana eran un aviso de que todo comenzaba a desmoronarse: el hundimiento del barrio del Carmel, el hundimiento del túnel del AVE en Bellvitgeapagones que afectaron a más de 110.000 usuarios y el destape del caso de las comisiones del 3% que afectaban a toda la clase política catalana. En la Comunidad Valenciana el trágico accidente del Metro eclipsa tristemente lo relacionado con el crack del sistema financiero valenciano y el fracaso del circuito de Fórmula 1, una ruina a causa de la irresponsable gestión del entonces presidente Francisco CampsMariano Rajoy que ya tenía a punto su victoria en las elecciones con un Zapatero acabado, le puso la puntilla quitándose «molestias» de encima, una maniobra de la derecha central que, paradójicamente alegraba tanto a unos como a otros, sobre todo a los nuevos partidos de la izquierda valenciana que venían a hacer lo que el PSOE no lograba. Y así, de esta manera, la Comunidad Valenciana ha pasado por ser ninguneada, para luego ser usada como modelo ejemplar, para finalmente ser señalada como un vertedero, usada como cabeza de turco de experimentos en televisiones autonómicas, u objeto de comentarios improcedentes por parte de un fracasado «Gran» Wyoming, que ha encontrado en la más burda y sucia agitación política su verdadero lugar. Tras años de bloqueo debido a un sistema de participación política que penaliza la entrada de nuevas opciones políticas, finalmente, paso a paso, se han ido abriendo camino las alternativas.

En la actualidad

«Este es un pueblo honrado.
La corrupción no está ligada a los valencianos, está ligada al PP»

Monica Oltra
En las palabras de la dirigente de Compromís se pueden encontrar varias claves del «juego político» en España. La izquierda española ha vinculado la corrupción a la Comunidad Valenciana por interés político: por ser gobernada por el Partido Popular y por tratar a los valencianos como un pueblo que no merece ser tenido en cuenta por tolerar la corrupción, legitimando así su posible «catalanización». Por otro lado, la nueva izquierda valenciana no puede basarse en ese mensaje ya que necesita los votos de esa misma sociedad, por lo que enfoca todo el problema desde un punto de vista puramente partidista, atribuyendo la causa de la corrupción exclusivamente al partido en el gobierno. Otro factor importante en su éxito ha sido el alejamiento de posturas extremas y nacionalistas —en el contexto valenciano— que se han materializado en la alianza con Podemos, a pesar de los serios problemas internos que ha supuesto para la coalición valenciana. El sistema político que legitima de igual manera a ambos, tanto a Compromís como al Partido Popular, queda —equivocadamente— excluido de la ecuación.

La Comunidad Valenciana no es ni más ni menos corrupta que otras, ni en términos relativos ni en términos absolutos. Sí que es sin embargo debido a su situación estratégica, la más mediatizada y usada como chivo expiatorio por los medios de comunicación, al hacer uso político de los numerosos escándalos —eso sí— que se han dado, destapados siguiendo un escrupuloso calendario. De esta manera, además de obtener un beneficio político al dinamitar al partido gobernante de una comunidad el cual ni tan siquiera su propia dirección central puede —ni quiere— defender, se enmascaran el resto de casos de corrupción que en estos momentos se dan a lo largo y ancho de la geografía del país, desde los municipios hasta la mismísima Corona de España. La Comunidad Valenciana, vapuleada y ninguneada por la izquierda y por la derecha, se encuentra sin líderes claros, sin representación política y a expensas de un sistema poco democrático que no favorece a las sociedades activas. Una comunidad que en el punto de mira de un país corrupto es, el eslabón más débil.

Foto: Las Provincias

lunes, 29 de febrero de 2016

Multi-difusión del blog

lunes, 29 de febrero de 2016

¿Tiene cada red social como Facebook, Twitter o G+, un publico diferente? ¿Es Twitter de izquierdas? El cualquier caso, es razonable pensar que cada red social fomenta —por los motivos que sean— una manera de comunicarse y puede que también —en función de estos hábitos— unas inquietudes culturales —políticas, científicas, etc.— distintas. Por tanto en cada ámbito predomina una forma de participar diferente, en consonancia con cada uno de ellos: los contenidos, el enfoque, los títulos, etc. Incluso también, sus propias horas para publicar y con una frecuencia específica. En definitiva, lo ideal sería centrar tus esfuerzos en un medio de difusión y poner en él todo tu empeño.

Pero...

¿Qué pasa si el medio donde acostumbras a publicar tu actividad pierde popularidad y dejas de tener público —que es al fin y a cabo la motivación principal de todo aquel que inicia un proyecto de este tipo—? ¿te rindes y lo dejas? ¿cambias de medio? ¿a cuál? Llega un momento en que ves como la actualidad ha superado tus expectativas. La audiencia se mueve de un lado para otro y has de adaptarte. Si la motivación es dedicarte a algo que requiera manejar tu presencia en Internet —porque al fin y al cabo, no hay que olvidar que todo trata de «la red de redes», ese espacio supuestamente libre e igual para todos—, bien profesionalmente con un negocio o a sacar rendimiento al tiempo que dedicas a la escritura de artículos, ilustraciones o el ámbito cultural de tu inquietud, entonces no queda más remedio que hacer algo.

En este blog tenemos poco tiempo —o nos gusta aprovecharlo en otras cosas— y no podemos estar, una por una, atendiendo los detalles de cada comunidad en la que deseamos participar con nuestros artículos —bien de nuestra autoría o compartidos—. Así que para algunos de nosotros, blogeros clásicos, no tenemos más remedio que usar otras herramientas que han ido surgiendo que permiten automatizar todos estos procesos. Así que una vez convencidos de que según los expertos hay que gestionar cada red social de forma completamente diferenciada y una vez convencido el lector de que es lo mejor, a continuación nos olvidaremos de todo ello y se tratará lo que se puede hacer si a pesar de todo, por las circunstancias que sean no puedes llevar con total pulcritud a término la ortodoxia de un community manager o de un experto en marketing digital en redes sociales.

Un poco de historia

A finales del siglo pasado algunos entusiastas de la tecnología tenían una página web, como experimento. Los entornos corporativos no comenzaron de veras a sumarse al nuevo entorno hasta que surgió no se sabe donde, la burbuja de las punto.com. Hace una década aproximadamente los blogs —BloggerWordpres, etc— experimentaron un auge inusitado al contar con entornos pre-diseñados y organizados por fechas. Con sus canales RSS y suscripciones de correo. Surgieron «directorios de blogs» por doquier: temáticos, corporativos, personales, colectivos, etc. Hace algo menos las redes sociales han comenzado a acaparar la atención de una mayoría del público, y es cuando comenzaron a surgir sistemas para compartir los artículos del blog mediante un botón o 'widget'. Hay multitud de redes sociales como TuentiInstagramPinterest, y plataformas de blogs con estructura y funcionalidades —y estética— de red social como TumblrMedium Kinja. Ahora, casi nadie se acuerda de los blogs de siempre.

Las opciones

Facebook y Twitter se pueden interconectar de manera que lo que publicas en un lado se replica en el otro. La red social profesional Linkedin permite conectarse con Twitter —imagino que Facebook la ven «para otras cosas»—. Los canales RSS eran usados por herramientas de terceros para funcionar e interconectar diversos entornos sociales. Hootsuite permite gestionar diversas redes, aunque para obtener pleno rendimiento es necesario pagar por el servicio. Pero no hace mucho surgió la que es «la madre» de todas la herramientas de automatización: IFTTT. Con ella se pueden automatizar diversos tipos de tareas. En esta ocasión se va a mostrar una las muchas posibilidades tanto en el objetivo como en la manera de llevarlo a cabo: servir de multidifusión a un sistema de curación de contenidos

    Curación de contenidos

    La «curación de contenidos» es a grandes rasgos la intención descrita en el punto dos anterior. Una selección de artículos, documentales, comentarios, etc, de temática relacionada con el blog y de relevancia destacada. Esta relativamente nueva especialidad ha surgido precisamente, debido a la creciente cantidad de información y de medios a través de los cuales se difunde, representando un trabajo y dificultada añadida para el usuario, al tener que buscar, comparar y seleccionar de entre gran cantidad de ruido, la información relevante. Esta —la relevancia— siempre va a ser distinta según el usuario —es un parámetro bastante subjetivo—, por este motivo no se pretende sustituir su criterio, simplemente facilitarle la tarea.

    El resultado

    La propuesta siguiente no pretende ser un modelo, ni nada que se le parezca. Simplemente es la opción que se ha tomado para este caso, en función de las circunstancias y necesidades particulares del que escribe estas líneas. No obstante, espero que pueda proporcionar una orientación para que los lectores confeccionen sus propias soluciones:


    ¿Un poco de lío?

    Resumen

    Gráfico dividido en tres partes: fuentes, canales y destinos

    Fuentes

    1. Este blog que están leyendo
    2. Lo compartido en la página de Facebook, que suele consistir en, además de los propios artículos del blog, en otras noticias de relevancia encontradas en la red a través de los canales y fuentes a las que se está suscrito.

    Canales

    1. IFTTT
    2. Sindicación RSS en Feedburner
    3. Conexión con G+ desde Blogger
    4. Conexión con G+ desde Wordpress
    5. Suscripción por correo electrónico
    6. Entradas compartidas de forma manual

    Destinos

    Este blog y lo compartido puede ser visto en:
    1. Facebook
    2. Twitter
    3. Wordpress
    4. Google+ 
    5. RSS (solo el blog)
    6. Suscripción por correo electrónico (solo el blog)
    Y puede accederse a través de la opción  «conectar por» del menú horizontal bajo justo la cabecera

    Herramientas y enlaces

    viernes, 12 de febrero de 2016

    Las cinco características de un equipo ideal según Google

    viernes, 12 de febrero de 2016
    Google ha investigado extensamente sobre cuales han de ser las habilidades y qué personalidad ha de tener un buen gerente en su empresa. Pero por lo visto, llegó un momento en el que se dieron cuenta de para lograr buenos resultados, el resto de la fuerza laboral con la que habían de coordinarse eran tanto o más importantes.

    En 2013, el gigante de Internet decidió averiguar la magnitud de este problema. Concluyó que de los 37000 miembros, sólo 6000 de ellos eran gerentes o directores ¿Eran los otros 31000 miembros del personal tan efectivos como pensaban que eran los líderes que habían puesto a su mando?

    Para salir de dudas pusieron durante dos años a un grupo de investigadores en la compañía analizando más de 180 equipos y entrevistándose con cientos de empleados. Su misión consistió en encontrar la «receta» del «equipo ideal» o dream team: «Estábamos decididos en encontrar la mezcla perfecta entre personalidad y habilidades necesarias para un equipo galáctico —un becado en Rhodes, dos extrovertidos, un ingeniero que lo pete en AngularJS, y un doctorado», como explican en su blog, re:Work.

    Sus resultados no podían haber llegado más lejos de lo que esperaban inicialmente. Resulta que el secreto para lograr un equipo de alto rendimiento reside no tanto en los individuos que lo componen como en la dinámica general del grupo: «Quienes son los miembros del equipo importa menos que cómo interactúan entre ellos, estructuran su trabajo y visualizan sus contribuciones». La investigación realizada por Google encontró que los equipos de alto rendimiento siempre presentan estas cinco características:

    Las cinco características que Google ha encontrado que definen a un equipo ideal
    Fuente: elaboración propia con Piktochart. Datos: ver fuente del artículo

    Según su investigación, la parte más importante —por encima incluso del cumplimiento de plazos y el estricto seguimiento de directrices— de la dinámica de grupo es la seguridad psicológica o la habilidad para tomar riesgos sin temor de lo que piensen los compañeros del equipo en caso de que no todo salga perfecto u ocurra algo inesperado. Algo que puede ocurrir en cualquier momento, pero sobre todo, cuando se están probando nuevos caminos y en general, en todo proceso de innovación.

    En definitiva, lo que marca la diferencia con organizaciones rancias y ancladas en viejos y obsoletos paradigmas condenadas a la ruina humana y a la monótona rutina, es el trato entre sus miembros. En esos viejos paradigmas lo que predomina es lo contrario de lo que Google recomienda: miedo a proponer cosas nuevas y mucho menos a ponerlas en práctica, debido a la cultura de desprestigio y burla de todo aquel que intenta dar un paso más. Todo fomentado desde las direcciones de las organizaciones, que prefieren la sumisión a la creatividad.


    Fuente: World Economic Forum

    domingo, 17 de enero de 2016

    Safe Harbor y el email marketing

    domingo, 17 de enero de 2016

    Este enero se cumple el plazo de la decisión de la Unión Europea por la que se anula el acuerdo de transferencia de datos con EEUU vigente desde 1998. Este acuerdo —«Safe Harbour» (Puerto Seguro)— consistía en que este país era considerado seguro por la vieja Europa, pero tras todo lo revelado por el conocido Edward Snowden, ha dejado de serlo. Todo empezó en Irlanda, donde el ciudadano austriaco Max Schrems denunció que el uso de los datos personales de usuarios de la Unión Europea en los EEUU ponía en riesgo la privacidad de los mismos.

    Debido a esta medida, los datos de los usuarios europeos que manejan estas empresas para ofrecer sus servicios no pueden ser transferidos a servidores en su país de origen. Por parte de estas empresas, implica que han debido adaptar sus sistemas a la nueva situación. Por parte de los usuarios y empresas europeas que hacen uso de sus servicios implica asegurarse que los datos de los clientes cumplen con el Safe Harbor, que como se ha explicado no se cumple para estas empresas salvo que sea acreditado.

    En estos momentos un gran número de empresas del país norteamericano están en manos de los estados europeos. Google, Apple y Microsoft ya han sufrido en alguna ocasión las decisiones de los tribunales de justicia del viejo continente, y ahora les toca el turno —además de las mencionadas— a aproximadamente otras 4500 empresas norteamericanas que operan en Europa debido a la decisión tomada el año pasado por el Tribunal de Justicia de este continente. Entre estas empresas se encuentra el conocido servicio de marketing por correo electrónico MailChimp.

    El gobierno de los EEUU está dando asistencia a las empresas de su país para que puedan continuar ofreciendo sus servicios en nuestro continente. No obstante, tal vez sea un buen momento para considerar otras opciones. Recientemente he recibido por correo información sobre el servicio de marketing por correo Mailrelay —del que ya se habló en otra ocasión—. En su comunicado proporcionan información importante sobre cómo eludir todos estos inconvenientes sin más que usar su servicios, ya que sus servidores cumplen 100% el requerimiento del Safe Harbor al operar todos en la Unión Europea. La oferta anuncia las siguientes ventajas:
    1. 6 meses gratis al pasar de Mailchimp a Mailrelay: aunque el servicio gratuito cumple las expectativas de la mayoría, ofrecen 6 meses gratis para ofrecer cobertura completa al pasar de un servicio a otro.
    2. Evitar problemas legales: para evitar que algún problema legal relacionado con el cumplimiento del Safe Harbour afecte al servicio de email marketing de tu proyecto, Mailrelai ofrece una guía paso por paso para efectuar la migración desde Mailchimp.
    3. Nueva interfaz: simple, moderna, fácil de usar y cumple con lo necesario desde el primer momento.
    4. En general, la empresa se puede calificar como el mejor servicio de email marketing en España por su adaptabilidad y constante evolución, además del resto de características que ofrece como listas, autorespondedores, formularios de inscripción, idioma, soporte técnico, etc.
    Es una buena opción a tener en cuenta. Para más información puedes consultar sus manuales y el siguiente vídeo:



    lunes, 16 de noviembre de 2015

    La burbuja independista

    lunes, 16 de noviembre de 2015

    El sistema político que tenemos en España tiene defectos. Intenta ser democrático pero se queda a medias. El debate sobre su reforma lleva ya algunos años con nosotros, y entre las críticas que se hacen al mismo es que en él, los políticos se preocupan más en inventarse formas para continuar en el poder y lograr captar la atención de sus votantes, que en aportar verdaderas soluciones. No lo digo sólo yo, sino que es también la conclusión que queda tras leer el análisis de César Molinas sobre la clase política española.

    El verdadero 'hecho diferencial' entre unas comunidades y otras, son los diferentes 'inventos' a los que han de hacer uso. Es una cuestión de la propia naturaleza humana. Los políticos de Barcelona no creo que sean muy distintos de los de cualquier otro sitio, de la misma manera que agencias de escorts y negocios similares los hay en todas partes. En cuanto se toca poder, hacen lo que tienen que hacer y dicen lo que tienen que decir para mantener su posición y privilegios. Con la particularidad añadida en el caso de Cataluña de que lo logran gracias a explotar el mismo sistema que critican y manifiestan repudiar.

    Las burbujas

    La burbuja inmobiliaria que ya conocemos fue consecuencia de inventarse una economía basada en unos recursos inexistentes. Una solución de corto plazo en base a inflar una solución para que parezca más de lo que es. Otras burbujas tal vez menos evidentes como la universitaria —en la que se han matriculado miles y miles de estudiantes que ahora están en el paro, fuera de España o subempleados— son claros ejemplos. 

    El caso catalán

    El caso 'singular' de Cataluña consiste en hacer uso de una corriente nacionalista muy extendida entre la población para realizar una propuesta determinada, sin atender a su verdadera viabilidad y consecuencias futuras. No se trata de analizar las causas del fenómeno del nacionalismo, es en cualquier caso, una realidad frente a la cual se puede actuar de muchas maneras. En el caso de los políticos catalanes ha sido hacer uso de ella para mantenerse durante décadas en el poder, siguiendo pautas similares a las del resto de España en las décadas recientes. El independentismo es otra burbuja política con toda probabilidad, por varios motivos:
    1. Tiene un respaldo amplio respecto a otras opciones.
    2. No se han analizado objetivamente sus pros y sus contras.
    3. Los que proponen las medidas logran sus objetivos políticos y obtienen un beneficio personal, a costa de la mayoría.
    4. Hay siempre alguien a quien culpar, a pesar de no ser los responsables. 

    Comparaciones

    Si se compara este caso con el más generalizado de la burbuja inmobiliaria parece que se ve con más claridad. En aquel entonces mucha gente advertía que mantener una economía basada en el ladrillo y las hipotecas basura era un suicidio. A pesar de ello, una gran mayoría cayó en el error ante la promesa de una vida de lujo y les siguió el juego, con las consecuencias conocidas. Era más fácil proponer esto que construir una economía sólida, con todo lo que ello conlleva en cuanto a igualdad de oportunidades, igualdad fiscal, seguridad legal y favorecer las iniciativas de emprendimiento. De forma similar, en lugar de buscar un punto de encuentro para mejorar la convivencia, este sentir numeroso de la población de Cataluña ha sido aprovechado por la clase política catalana para su propio oportunismo político, a costa de ignorar otros problemas ―punto 1―. Los políticos catalanes critican un sistema que califican de injusto, y no les falta razón. Pero en lugar de proponer soluciones como están haciendo otros partidos, proponen el abandono basándose en motivaciones emotivas y viscerales ―punto 2―, acentuado las diferencias.

    Pero, ¿qué se gana con defender una postura inviable o cuya realización tiene numerosas dificultades, además de un resultado como poco, incierto y problemático? Obviamente, lo primero es que se logra el apoyo de una mayoría para alcanzar o mantenerse entre la clase dirigente —punto 3—. Puede parecer una locura, el caso es que tarde o temprano alguien acaba haciéndolo —mucha gente recordará la famosa entonces frase del periodo de José María Aznar, «España va bien»—. Ahora bien ¿qué pasa con las consecuencias, cuando todo se demuestre en su verdadera naturaleza? En el caso de la burbuja inmobiliaria lo estamos viendo: salvo algún cabeza de turco de dirigentes que comenzaban a ser un estorbo, la mayoría de los que protagonizaron aquel desaguisado quedan a cenar sin más preocupaciones. Los culpables y los que sufren ahora aquellas consecuencias son los ciudadanos que les apoyaron, que «vivieron por encima de sus posibilidades». En el caso catalán, y recuerden esto, la culpable de las consecuencias de todo lo que ocurra a partir de ahora tiene un claro protagonista para ellos: la malvada Espanya. En cuanto a quién pague las consecuencias, ¿qué creen ustedes?

    La última similitud

    Queda un último y definitivo punto que completa esta comparativa entre la burbuja inmobiliaria y el caso del independentismo catalán, que todavía no ha ocurrido. Si se trata de una burbuja política de consecuencias poco predecibles y muy probablemente complicadas, queda por ver, en efecto, cuando va a estallar.


    miércoles, 28 de octubre de 2015

    El email marketing en el mundo del Whatsapp

    miércoles, 28 de octubre de 2015
    Los 7 aspectos clave del éxito en email marketing [eBook]
    ¿Tienes una empresa y no te aclaras con la promoción? ¿Vives angustiado a expensas de los vaivenes del mercado? ¿Deseas dejar de tener un papel pasivo en tu futuro? Hoy en día, en esta época de carencias económicas, tal vez no veamos otras posibilidades que un mundo conectado nos brinda. Una de ellas puede ser la utilización del correo electrónico. El ahora ya clásico medio de comunicación, continúa —a pesar de todo— todavía vigente y puede ser utilizado para llegar a un público más amplio o mejorar la comunicación con ellos.

    Para serles sincero, no soy quien para hablar con autoridad de marketing como vendedor o empresario, pero sin duda que sí puedo hacerlo como consumidor o usuario. Como tal, puede decirse que la popularidad de las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea es cada vez mayor. Que surjan nuevas formas de comunicarse es tan inevitable como conveniente. También se oye comentar que se ha llegado a la era Post-PC, y hay quien habla de su desaparición. Sería un tema que podría dar para un artículo dedicado, pero de lo que se trata en realidad es que ahora, a cada herramienta se le dota de un uso más específico, acorde a su verdadera naturaleza. 

    Con el correo está ocurriendo algo parecido. La mensajería instantánea en lugar de ser lo que acabe con el correo electrónico, puede que sea lo que lo está convirtiendo en la herramienta seria y útil que nunca tuvo que dejar de ser, no solo en entornos corporativos sino también en la comunicación con los clientes. Gracias al Whatsapp se acabaron aquellos montones de correos con Power Point de dudoso gusto y menor utilidad. Es sin duda, la hora del correo electrónico.

    Ahora bien, ¿por dónde empezamos? Recientemente ha llegado a mis manos —por correo electrónico, claro— una herramienta que promete ser muy interesante. Atrae desde un primer momento por su carácter de suscripción gratuita y por proporcionarnos, gracias a diversos manuales y vídeos de gran valor formativo, un valor añadido. Esta herramienta es Mailrelay y puedes acceder a dichos contenidos en su sección de manuales sobre email marketing.

    Los manuales están en formato ebook, siendo el más reciente de ellos el que lleva el título Los 7 aspectos clave del éxito en email marketing. Hay varias opciones de descarga —entre ellas la descarga directa— pero si deseas estar al tanto de las novedades lo mejor es la suscripción —naturalmente, por correo electrónico— a su blog. Creo que es una buena oportunidad para empezar




    martes, 8 de septiembre de 2015

    Populismo o la verdadera magnitud del problema

    martes, 8 de septiembre de 2015
    Foto: http://www.europeanyouthvoice.eu

    ¿Que relación hay entre democracia y demagogia? En líneas generales, parece inevitable que los políticos acaben diciendo aquello que la gente desea escuchar. Parece que gusta más oír a alguien decir que tiene una solución, que admitir que los problemas son muchos y la situación es complicada. Deseamos creer que con dos cambios por aquí y por allá, tirando a uno o a otro líder del gobierno, todo se va a solucionar en un abrir y cerrar de ojos. Diría que esto es lo que ha estado ocurriendo en España en las ultimas décadas, con la añadidura de que cada vez el aspirante lo suele tener más fácil, gracias a lo cada vez peor que lo han hecho los sucesivos gobiernos. Esto y el uso del infausto 'voto útil', el más inútil de los votos. A pesar de la aparición de alternativas políticas en el escenario electoral, me temo que las estrategias son las de siempre: los que gobiernan asustan de lo que ocurrirá si ellos no continúan, y los aspirantes se proclaman como la solución a todos los problemas. Seguramente, ni lo uno ni lo otro, por supuesto.

    ¿Qué se puede hacer?

    El gobierno justifica sus acciones con el pretexto de que 'hay que apretarse el cinturón', ya que 'hemos vivido por encima de nuestras posibilidades'. De esta manera, la opción elegida por el gobierno actual es perpetuar la mediocridad. Recortar en los servicios que más afectan a la ciudadanía, el principal valor necesario para salir del atolladero ―salir de verdad, no limitándose a cumplir con determinados parámetros económicos decididos por ciertos dirigentes europeos―: recortes en investigación, en educación, aumento de los impuestos básicos, descenso de los ingresos de la clase media, empeoramiento de la situación laboral, alargando jornadas y reduciendo sueldos, todo para luego no saber cómo aprovechar el tiempo. Es decir, la discrepancia principal está en pensar que estas medidas son inevitables y que han de sufrirlas la parte más débil e indefensa de la sociedad.

    Una buena parte de la sociedad no considera legítimo que un gobierno mediocre y corrupto genere medidas que perjudican al principal capital humano del país. Como consecuencia, han surgido las alternativas políticas, unas nuevas como Podemos, y otras ya conocidas pero que hasta ahora no habían salido fuera de su ámbito autonómico, como Ciudadanos. Es decir, se critica sobre todo la legitimidad de los que deciden, más que las medidas en sí. En pocas ocasiones se ha puesto el dedo verdaderamente en la llaga: ¿Qué se puede hacer realmente? ¿Cómo se va a pagar la deuda? ¿es posible una 'quita' y dejarla sin pagar por considerarla 'ilegal, ilegitima y odiosa'? ¿y si el país está tan hipotecado que no hay de donde sacar?

    Grecia

    Las promesas de Syriza, fueran cuales fueran exactamente, no se han visto cumplidas. El rescate se ha dado ya que de lo contrario el país heleno se venia abajo. Las condiciones de la Troika se han impuesto. El partido en el gobierno se ha dividido y el Primer Ministro electo, dimitió como consecuencia de su fracaso. Y Grecia está igual que antes o peor. Pero, ¿invalida esto las reivindicaciones? ¿justifica lo que está haciendo Europa con Grecia? Algo evidente es que la situación en Grecia no es cosa de ahora, sino que es el producto de una política continuada que ha dejado el país a merced de unos intereses ajenos, y que no se soluciona con la mera voluntad. Gracias al caso griego se conoce mejor la verdadera magnitud del problema.

    España

    Lo ocurrido en Grecia está siendo utilizado como ejemplo, como siempre, con cada parte interpretando lo ocurrido a su conveniencia. Una de las consecuencias es la modificación de intención de voto, aparentando que la sociedad aumenta su apoyo al bipartidismo clásico que nos ha llevado a la situación actual, y la confianza en las propuestas alternativas pierde fuerza. Probablemente, estas encuestas no reflejen la realidad adecuadamente, ya que la duda suele ser mala a la hora de mostrar tu apoyo a una opción que se ha visto comprometida, favoreciendo al resto que aun teniendo el mismo apoyo en cifras absolutas, porcentualmente mejora. Esto significa que a la hora del voto pueden volver a pesar factores como la corrupción. Sea lo que sea que ocurra en las próximas elecciones generales la pregunta es ¿Qué opciones tenemos?

    Habrá que prepararse para enfrentarnos a nuestra verdadera realidad como país y la relación con una Europa a la que no le gusta la democracia. Cuando España entró en la Unión habían ya 10 estados con una política agraria común en cuya elaboración no se participó. Hubo ya en 1986 que soportar unas terribles condiciones que han supuesto la perdida de un factor diferencial respecto al resto de países con tradicionalmente menor capacidad agrícola. En cuanto a la industria, la Reconversión Industrial que también afecto a ciertas producciones ganaderas y agrícolas, acabó por desmantelar la poca capacidad industrial que se tenía en España. Se puede estar de acuerdo en que entrar en Europa era necesario pero ¿a este precio? ¿Quién ha ganado realmente de este proceso? ¿bajo qué acuerdos reales se construyó precipitadamente la Unión Europea? Resulta inevitable pensar que nuestros políticos vendieron a nuestros países para que ellos pudieran codearse con las nuevas élites europeas, a costa de convertirnos permanentemente en provincias de segunda, sin capacidad de decisión y con el objetivo de llenarnos de autovías para ser destino turístico de los lujosos coches centroeuropeos.

    Los ciudadanos griegos pensaron y creyeron que eran dueños de su destino ¿Lo somos los españoles? En nuestra mano está la oportunidad de conocer la verdadera magnitud del problema o bien, continuar con la misma mentira de siempre.


    lunes, 29 de junio de 2015

    Curiosidades sobre el Matrimonio Gay

    lunes, 29 de junio de 2015
    Logo de la Casa Blanca de los EEUU con motivo del día del Orgullo Gay
    El matrimonio entre personas del mismo sexo poco a poco se está convirtiendo en una realidad en todo el mundo. En España es posible desde el año 2005 gracias a que el gobierno de por aquel entonces logró que se aprobara en el Parlamento como una de las medidas estrella y necesaria, pocos años antes de que la crisis comenzara, siendo el primer país tradicionalmente católico en hacerlo. Esta vez por referéndum y en otro país de similar tradición religiosa, Irlanda hizo lo propio hace no mucho. Pocos días antes del Día del Orgullo Gay, el en mundo no se habla de otra cosa gracias a que la Corte Suprema de los EEUU aprobó el matrimonio gay con aplicación a nivel federal. Esta decisión implica que la norma adquiere carácter de derecho básico constitucional, imponiéndose a los acuerdos previos que sobre esta materia se hubiesen aprobado por referéndum en cada uno de los Estados de la Unión.

    Parece que es ya imparable la marcha hacía un escenario en donde tanto las parejas de un tipo como de otro, pueden formalizar su relación legalmente bajo la misma denominación de matrimonio. Esta norma ha ido adquiriendo un carácter inapelable y arrollador, provocando festejos en todo el mundo en cuanto surge alguna noticia sobre otro país que se suma al festival, logrando que se olviden otros problemas no menos graves. Los medios de comunicación hacen el habitual uso mediático de la circunstancia, a la que se suman profusamente la mayoría de los políticos, en una época en la que cada vez estos tienen menos capacidad para proponer medidas originales, o a poner sobre la mesa problemas cuya solución exige un esfuerzo que no se atreven a pedir. Esta noticia positiva por tanto, se transmite como un reguero de pólvora por los parlamentos de todos los países del mundo, hambrientos de medidas que les hagan parecer mejores frente a su electorado.



    Una curiosidad sobre las que pocos reparan —tal vez por el temor a fijarse en detalles poco importantes que estropeen el ambiente de júbilo generalizado— es que la consideración de los derechos sobre «parejas» representa —salvo error— un precedente sin igual en la historia de la legislación, ya que hasta ahora los derechos eran exclusivamente referidos al individuo. Parece que hay ciertos aspectos —no sólo sobre el matrimonio gay sino sobre el propio y fundamental concepto de derecho— cuyo debate no ha sido lo suficientemente transmitido al resto de la sociedad. La defensa de la igualdad legal de las personas, se encamina a tener derechos y obligaciones iguales independientemente de cualquier aspecto sobre nuestra condición. Esto significa de forma inapelable que dos personas cualesquiera podrán establecer un acuerdo legal —familiar o de cualquier otro tipo— con cualquier otra. Las cuestiones son hasta qué punto la denominación de estos acuerdos es o no, un derecho fundamental y sobre todo, si cabe o no aplicarlo a colectivos, no sólo a individuos.

    Sobre este asunto, otro de esos aspectos que al parecer se dan por asumidos y de los que nadie discute, es el de la aparente inutilidad de las uniones civiles. Esta figura legal surgió en los Países Bajos en 1998, precisamente para compensar la antigua situación en la que una persona no podía llegar a un acuerdo legal de pareja —casarse— con otra persona de su mismo sexo. Una vez se aprobó, parecía que el problema estaba resuelto. De hecho, no sólo fue utilizada por parejas homosexuales, sino que hasta un tercio de las uniones registradas eran heterosexuales. No había diferencia legal con el «matrimonio clásico». Esta situación concuerda con lo que recordamos —los que tenemos ya una cierta edad— de los años 80~90: el matrimonio era considerada una tradición carca y anticuada. Muchas parejas se «juntaban» e incluso tenían hijos, haciendo uso del matrimonio legal posteriormente, simplemente para obtener los beneficios que el estado proporciona a las familias. Alguien seguramente hubiera podido preguntarse si no era esta la fórmula correcta que debería haber existido siempre para todas las uniones en cuanto a su reconocimiento en textos legales, huyendo de denominaciones con reminiscencias de ámbitos culturales que le son ajenos. Hay que hacer hincapié sobre lo verdaderamente revolucionaria que hubiera sido esta medida, que implicaba que el matrimonio clásico de reminiscencias religiosas desaparecía nombrado como tal en las leyes, quedando simplemente una forma legal genérica aplicable a cualquier caso. El resto de aspectos hubieran quedado como costumbres sociales a la que cada uno se adhería o no, en función de sus preferencias.

    No fue este el debate que hubo. Algunos grupos defensores de los derechos humanos alertaron a la sociedad de que al parecer, la solución adoptada inicialmente no era el camino correcto. La coexistencia en textos legales de «uniones civiles» con la de «matrimonios» está claro que es redundante y creaba una diferenciación, definida según estos grupos como «instituciones apartheid» —algo así como matrimonios «de primera» frente a otros «sucedáneos»—. Ningún grupo de opinión influyente propuso lo comentado que hubiera consistido en eliminar en textos legales la denominación clásica de «matrimonio» —por su reminiscencia cultural anacrónica— y llamarle a todo con la fórmula neutra «unión civil». En lugar de esto había que sustituir el significado pero dejando la denominación. De esta forma, «matrimonio» es la única manera legal de llamar a las uniones familiares, chocando con todo el legado cultural y religioso anterior en la que el matrimonio era una unión entre dos personas de distinto sexo. Llegados aquí, tal vez sería conveniente un pequeño resumen de lo que se ha dejado atrás.

    Breve historia del matrimonio en la especie humana

    Salvo alguna tribu perdida en la Selva del Amazonas, desde Asia hasta las civilizaciones precolombinas, pasando por África y Europa, el matrimonio ha existido en la practica totalidad de culturas desde tiempos inmemoriales. Como era habitual en las sociedades primitivas, la religión y el misticismo ocupaban una buena parte y justificación de sus costumbres y rituales. Es conocido también que la antigüedad de las relaciones homosexuales es tan vieja como la propia especie humana. Sin embargo, el matrimonio como institución religiosa sagrada y como unión de un hombre y una mujer, ha sido siempre la práctica habitual. No se tiene constancia de que haya existido previamente el «matrimonio gay». Lo más parecido sea tal vez un ritual de la edad media llamado «boda de semejanza», oficiado por la Iglesia Cristiana a las parejas homosexuales. Sin embargo, aunque la Iglesia reconocía y cuidaba de estas relaciones, no las consideraba matrimonio sino un «vinculo de hermandad».

    ¿Cuales han sido los motivos de esa diferenciación que lleva arrastrando la civilización humana desde el principio de los tiempos? El avispado lector se habrá dado cuenta de un pequeño detalle objetivo que apenas se ha mencionado brevemente hasta ahora en el artículo: la descendencia. Una hipótesis plausible del por qué de esta diferenciación ancestral e incluso del carácter sagrado de las uniones heterosexuales, es que de todas las formas de expresión sexual que existían y se realizaban habitualmente, sólo una de ellas era capaz de alcanzar la reproducción humana. En aquellos pretéritos tiempos de gran mortalidad infantil, la descendencia ocupaba una de las mayores preocupaciones de los grupos sociales. Probablemente por este hecho inevitable de nuestra propia naturaleza, unas uniones tenían un significado y valor social diferente al de otras, independientemente de la valoración que se tuviera de los individuos que la formaban y del seno cultural en el que se produjera.

    Siempre es bueno superar viejos prejuicios. Aunque en este caso parece que ha existido una lucha entre dos bandos diferenciados con posturas antagónicas, en los que el resto de la sociedad acepta los postulados de los que ofrecen una mejor imagen social. Por un lado la Iglesia que no estaba dispuesta a hacer desaparecer el término matrimonio de la Ley, y por el otro, los cada vez más influyentes colectivos gay que deseaban tener reconocidas legalmente las uniones de pareja, en igualdad de condiciones. Es obvio que la igualdad de estos últimos para acceder a los beneficios que las uniones familiares obtienen del estado, así como el reconocimiento social eran innegables, pero ¿se han puesto sobre la mesa todas las opciones? ¿han intervenido otro tipo de intereses o grupos antirreligiosos —por ejemplo, los cientificistas— en las negociaciones? ¿han aceptado realmente de buen grado y conscientemente la sociedad las decisiones políticas? ¿se ha evolucionado socialmente o en realidad se ha sucumbido al populismo de los políticos o a intereses de grupos de opinión influyentes? ¿tiene algo que ver el problema de un país como EEUU con el de Holanda, o España? Actualmente se continúa confundiendo el reconocimiento legal de los derechos de los individuos homosexuales con las denominaciones de uniones que como se ha visto, son diferentes objetivamente. Incluso se dan como prueba las bodas de semejanza medievales, sin reparar que ni siquiera en ese caso eran consideradas matrimonio, sin que este hecho implique un menosprecio de una Iglesia que eso sí, mostraba una cara mucho más amable y sensata que la actual.

    Pero ¿que es toda esta fría lógica comparada con el amor? El amor al final, como todos sabemos, es el que mueve el Mundo... ¿no?