La historia a continuación se desarrolla en un escenario regido por las reglas del sistema político español, las cuales son aproximadamente las siguientes:
- Los partidos son la máxima, única e indispensable supuesta representación de la democracia.
- El ciudadano vota a un partido, pero el reparto de escaños se realiza como si votara a candidatos, aunque estos los ponga el partido y estén bajo su disciplina.
- El voto de los ciudadanos no vale igual, ya que se votan a candidatos que han de tener un mínimo de votos distinto para obtener representación, según la provincia a la que pertenezca.
- Estas circunstancias provocan que el ciudadano no puede votar ni al candidato, ya que lo pone el partido, ni a su partido de preferencia si no es mayoritario, ya que únicamente estos obtienen representación.