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martes, 8 de septiembre de 2015

Populismo o la verdadera magnitud del problema

martes, 8 de septiembre de 2015
Foto: http://www.europeanyouthvoice.eu

¿Que relación hay entre democracia y demagogia? En líneas generales, parece inevitable que los políticos acaben diciendo aquello que la gente desea escuchar. Parece que gusta más oír a alguien decir que tiene una solución, que admitir que los problemas son muchos y la situación es complicada. Deseamos creer que con dos cambios por aquí y por allá, tirando a uno o a otro líder del gobierno, todo se va a solucionar en un abrir y cerrar de ojos. Diría que esto es lo que ha estado ocurriendo en España en las ultimas décadas, con la añadidura de que cada vez el aspirante lo suele tener más fácil, gracias a lo cada vez peor que lo han hecho los sucesivos gobiernos. Esto y el uso del infausto 'voto útil', el más inútil de los votos. A pesar de la aparición de alternativas políticas en el escenario electoral, me temo que las estrategias son las de siempre: los que gobiernan asustan de lo que ocurrirá si ellos no continúan, y los aspirantes se proclaman como la solución a todos los problemas. Seguramente, ni lo uno ni lo otro, por supuesto.

¿Qué se puede hacer?

El gobierno justifica sus acciones con el pretexto de que 'hay que apretarse el cinturón', ya que 'hemos vivido por encima de nuestras posibilidades'. De esta manera, la opción elegida por el gobierno actual es perpetuar la mediocridad. Recortar en los servicios que más afectan a la ciudadanía, el principal valor necesario para salir del atolladero ―salir de verdad, no limitándose a cumplir con determinados parámetros económicos decididos por ciertos dirigentes europeos―: recortes en investigación, en educación, aumento de los impuestos básicos, descenso de los ingresos de la clase media, empeoramiento de la situación laboral, alargando jornadas y reduciendo sueldos, todo para luego no saber cómo aprovechar el tiempo. Es decir, la discrepancia principal está en pensar que estas medidas son inevitables y que han de sufrirlas la parte más débil e indefensa de la sociedad.

Una buena parte de la sociedad no considera legítimo que un gobierno mediocre y corrupto genere medidas que perjudican al principal capital humano del país. Como consecuencia, han surgido las alternativas políticas, unas nuevas como Podemos, y otras ya conocidas pero que hasta ahora no habían salido fuera de su ámbito autonómico, como Ciudadanos. Es decir, se critica sobre todo la legitimidad de los que deciden, más que las medidas en sí. En pocas ocasiones se ha puesto el dedo verdaderamente en la llaga: ¿Qué se puede hacer realmente? ¿Cómo se va a pagar la deuda? ¿es posible una 'quita' y dejarla sin pagar por considerarla 'ilegal, ilegitima y odiosa'? ¿y si el país está tan hipotecado que no hay de donde sacar?

Grecia

Las promesas de Syriza, fueran cuales fueran exactamente, no se han visto cumplidas. El rescate se ha dado ya que de lo contrario el país heleno se venia abajo. Las condiciones de la Troika se han impuesto. El partido en el gobierno se ha dividido y el Primer Ministro electo, dimitió como consecuencia de su fracaso. Y Grecia está igual que antes o peor. Pero, ¿invalida esto las reivindicaciones? ¿justifica lo que está haciendo Europa con Grecia? Algo evidente es que la situación en Grecia no es cosa de ahora, sino que es el producto de una política continuada que ha dejado el país a merced de unos intereses ajenos, y que no se soluciona con la mera voluntad. Gracias al caso griego se conoce mejor la verdadera magnitud del problema.

España

Lo ocurrido en Grecia está siendo utilizado como ejemplo, como siempre, con cada parte interpretando lo ocurrido a su conveniencia. Una de las consecuencias es la modificación de intención de voto, aparentando que la sociedad aumenta su apoyo al bipartidismo clásico que nos ha llevado a la situación actual, y la confianza en las propuestas alternativas pierde fuerza. Probablemente, estas encuestas no reflejen la realidad adecuadamente, ya que la duda suele ser mala a la hora de mostrar tu apoyo a una opción que se ha visto comprometida, favoreciendo al resto que aun teniendo el mismo apoyo en cifras absolutas, porcentualmente mejora. Esto significa que a la hora del voto pueden volver a pesar factores como la corrupción. Sea lo que sea que ocurra en las próximas elecciones generales la pregunta es ¿Qué opciones tenemos?

Habrá que prepararse para enfrentarnos a nuestra verdadera realidad como país y la relación con una Europa a la que no le gusta la democracia. Cuando España entró en la Unión habían ya 10 estados con una política agraria común en cuya elaboración no se participó. Hubo ya en 1986 que soportar unas terribles condiciones que han supuesto la perdida de un factor diferencial respecto al resto de países con tradicionalmente menor capacidad agrícola. En cuanto a la industria, la Reconversión Industrial que también afecto a ciertas producciones ganaderas y agrícolas, acabó por desmantelar la poca capacidad industrial que se tenía en España. Se puede estar de acuerdo en que entrar en Europa era necesario pero ¿a este precio? ¿Quién ha ganado realmente de este proceso? ¿bajo qué acuerdos reales se construyó precipitadamente la Unión Europea? Resulta inevitable pensar que nuestros políticos vendieron a nuestros países para que ellos pudieran codearse con las nuevas élites europeas, a costa de convertirnos permanentemente en provincias de segunda, sin capacidad de decisión y con el objetivo de llenarnos de autovías para ser destino turístico de los lujosos coches centroeuropeos.

Los ciudadanos griegos pensaron y creyeron que eran dueños de su destino ¿Lo somos los españoles? En nuestra mano está la oportunidad de conocer la verdadera magnitud del problema o bien, continuar con la misma mentira de siempre.


martes, 24 de junio de 2008

Consecuencias

martes, 24 de junio de 2008
En un artículo anterior, se comentaba acerca del comportamiento y estrategia del actual partido en el gobierno en la pasada campaña electoral para las Elecciones Generales de 2008, así como del programa propuesto por este partido para la actual legislatura. Como ya saben los lectores de esta bitácora, el hecho de que el resultado les haya sido favorable no es un factor útil para valorar el contenido de la misma, aunque si para constatar que fue acertada dicha estrategia electoralista para conseguir estar otros cuatro años más ocupando los cargos públicos y políticos, que los ciudadanos españoles sustentamos con nuestro esfuerzo diario.


Se decía en el artículo mencionado y los comentarios, que el programa ofrecido a los ciudadanos aportaba soluciones ambiguas a problemas igualmente indefinidos. El fundamento consistía principalmente en señalar los errores del contrario, estigmatizarlo, demonizarlo y aprovechar la imagen del candidato principal, Don José Luis Rodriguez Zapatero, dándole un aire mesiánico que el mismo promueve cuanto puede. El resto eran promesas y buenas intenciones para ocultar la realidad de la situación, para poder continuar adelante con la espiritualidad y buenísmo de su oferta.

Ahora que ya nada podemos hacer los ciudadanos hasta dentro de cuatro años, se ha podido constatar que esto era una mentira deliberada, llevada hasta tal término de irresponsabilidad que no se tomo en su día ninguna acción para contrarrestar la ya tristemente famosa «desaceleración», para no provocar sospechas.

No desear aceptar la realidad, vivir en el útero e intentar infantilizar a la sociedad en su provecho es un arma de doble filo, ya que aquellos que realmente padecen los rigores de las carestías provocadas a consecuencia de esta actitud, no son susceptibles al engaño.

Los transportistas y la huelga

Los transportistas han protagonizado con su reciente huelga un episodio de protesta que ha llegado ha adquirir en ocasiones tintes dramáticos. Si bien es verdad que los medios de comunicación en su tónica habitual de servicio al poder establecido han demonizado igualmente a los huelguistas y seguramente exagerado algunas informaciones, los trabajadores de este sector, viendo como se ignoraban los problemas que afectaban a su sustento vital, optaron por solucionarlo a la tremenda llevándonos al resto de ciudadanos a pasar por una situación no deseable, aunque merecida en buena parte.

Se ha hablado mucho sobre la forma en cómo los transportistas que han participado en la huelga han llevado a cabo dicha protesta. En esta ocasión se van a señalar otros puntos que no se han mencionado en los canales principales, y que se consideran importantes a la hora de comprender al menos, que opciones existían y que posibilidades de éxito tenían, que es al fin y al cabo lo que presuntamente se pretende: conseguir que las reivindicaciones sean atendidas suficientemente.

Se decía al final del mismo artículo de esta bitácora que está siendo recordado, que cualquier autónomo sabe valorar las acciones de gobierno sin tener titulaciones universitarias de ciencias políticas o económicas, al sufrir las consecuencias en su propia persona y negocio. De la misma forma se ha podido advertir, que en esta partidocracia aquellas minorías que no tienen un grupo de presión importante que les defienda (llámense sindicatos mayoritarios o partidos políticos), asisten impotentes a como sus problemas son sistemáticamente ignorados mientras que su gobierno negocia para conseguir la paz, con delincuentes que provocan ellos mismos la guerra.

Ejercicio de lógica

No es necesario tampoco poseer un título universitario en matemáticas ni en filosofía para extraer una conclusión lógica a la situación planteada: hasta que no se corten carreteras no nos van a hacer ni puto caso. De esta forma, se cumple con una sencilla premisa planteada hasta la saciedad en la famosa Ley de Murphy:
Si algo puede salir mal, saldrá mal
Si se dan las condiciones para el desastre y no se hace nada, tan solo será necesario esperar para que ocurra.

Falta de memoria

Se suele decir que el ciudadano español tiene poca memoria. Cada cuatro años vota solo valorando lo ocurrido en el último mes, como mucho. Pretender entonces que se conozca la Historia es una pretensión condenada presumiblemente al fracaso. Teniendo en cuenta las diferencias existentes debidas a la perspectiva y coyuntura histórica, en la Historia Española han ocurrido sucesos parecidos en donde el pueblo llano no tubo más remedio que sublevarse ante los continuos despropósitos de los gobernantes: la Revuelta de los Comuneros en la Corona de Castilla (1520-1522); y la Revuelta de las Germanías, en el Reino de Valencia (Corona de Aragón, 1519- 1523), las cuales fueron igualmente sofocadas por el poder, llevándonos a la situación actual tras muchos tropezones graves.

Para no irse tan lejos en el tiempo, tan solo hay que volver a la última campaña electoral y recodar la burla de la que eran objeto aquellos que, obstaculizando los objetivos electoralistas del actual partido en el gobierno, se mostraban escépticos y críticos ante la situación de precrisis en clara actitud sacrílega. Vean, vean y recuerden, seguro que si es usted transportista, posee una inmobiliaria o es vendedor de automóviles, se va a descojonar:


También en este blog se advertía: si no es usted de los colectivos profesionales mencionados y la próxima vez le toca pasarlas canutas, acuérdese de esto y no se pregunte por qué es tan desgraciado.

sábado, 16 de febrero de 2008

Huida hacia adelante

sábado, 16 de febrero de 2008
Tensión, crispación, dramatización... falta otra: manipulación. Ahora que ya se han desvelado cuales son las «pequeñas tácticas de campaña» que practican los partidos políticos en sus campañas electorales, en este caso el PSOE, falta ver entonces, cuales son las «grandes tácticas de campaña» de este partido.

Si durante unos segundos de despiste se ha descubierto que el principal argumento que el partido gobernante ha utilizado contra la oposición, precisamente por cumplir esta función (primordial en una democracia de verdad), es una «pequeña táctica de campaña», que misterios podrían descubrir los ciudadanos si accedieramos al resto de estratagemas que estos políticos preparan con nuestro dinero, para pretender que les escojamos para acceder al estado y manejar el resto de recursos y riqueza (la que quede). Encima. Claro, con razón prometen que nos van a devolver 400 €, así cualquiera.

Con esta actitud, no se puede tener la desfachatez de pretender que les escojamos para ocupar el estado durante cuatro años, usurpando nuestra capacidad de decisión durante todo ese tiempo. Lo menos que se puede pedir a los candidatos y a sus medios de comunicación y propaganda colaboradores, es que se dejen de huidas hacia adelante y dejen de tomarnos el pelo. Como poco.


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martes, 22 de enero de 2008

Libertad de elección

martes, 22 de enero de 2008
La reciente exclusión de A. Ruíz-Gallardón de la lista electoral de su partido, ha provocado no pocos debates en todo tipo de medios. Sin embargo una vez más, la discusión no se centra el el problema principal, origen de todas estas polémicas.

Los respectivos contertulios, normalmente afines a uno u otro bando, y muy probablemente con alguna «bonificación» por participar en el programa en cuestión, se devanan los sesos y discuten acaloradamente sobre aspectos como: ¿se ha equivocado el Partido Popular? ¿Le influirá en las elecciones? ¿Se retirará Gallardón de la política?

Resulta especialmente llamativo, que en muy pocas ocasiones se mencione a un protagonista fundamental en una elecciones: el elector. ¿Nadie tiene objeciones a que se les impida a los ciudadanos el poder elegir a un político sobradamente conocido?

Al no existir candidaturas independientes, A. Ruiz-Gallardón no puede presentarse a las elecciones y permitir a los electores poder elegir si desean votarle o no.

Al ser listas cerradas y bloqueadas, únicamente las cúpulas de los partidos eligen a los elegibles.

Al no existir tampoco mecanismos para asegurar un mínimo de obligación del político elegido al mandato imperativo o representativo (estos dos conceptos ni siquiera están en la Wikipedia) por el cuál este ha de efectuar su labor de representación, esta función la han de realizar los partidos, filtrando a aquellos políticos que se alejen de la corriente de la cúpula. De esta forma, todas las opciones políticas están decididas por las altas jerarquías de todos los partidos, primando su propio interés.

La falta de cultura democrática es un obstáculo para implantar esos mecanismos por los cuales los ciudadanos realizaríamos esa función de selección previa, excluyendo nosotros mismos de las listas a los políticos que no nos gustasen. La comodidad y la falta de responsabilidad entre otras cosas, provocan que a nadie le importe que otros hagan esa faena por nosotros.

Bueno, pues, vale. Pero el próximo nueve de marzo el día de las próximas elecciones generales recuerden: podrán votar, pero no elegir.

Luego, cuando vayan cabreados a alguna manifestación, no digan que no se les advirtió.