viernes, 5 de abril de 2013

¿Monarquía o República?

viernes, 5 de abril de 2013

La Historia de España, sobre todo la más reciente, ha marcado de tintes ideológicos cada uno de estos conceptos, siendo muy complicado evitar la asociación monarquía-derecha/república-izquierda. Sin embargo, repúblicas como los Estados Unidos o Alemania, difícilmente se pueden asociar exclusivamente a la izquierda. El problema, pues, parece ser interno.

Para que la sociedad pueda decidir sobre este asunto, sería conveniente resolver primero esta confusión. Que se den estas asociaciones tan simplistas aún hoy en día, es seguramente reflejo de un problema endémico que se arrastra. Nunca se ha hecho frente a esta disyuntiva, ya que cada vez que ha surgido una nueva constitución o ha caído una monarquía, las cosas han venido dadas para el pueblo.

Éste, se ha encontrado con tener que aceptar noblezas aristocráticas en las monarquías, o castas oligárquicas en las repúblicas. Nuestro problema no es realmente la forma de Estado, sino el llevar arrastrando una sociedad basada en el caciquismo. Quitar a un rey para poner en su lugar a una «estirpe» de políticos que va a ocupar el cargo de máxima autoridad del Estado, sin que existan mecanismos de control y equilibrio que regulen un poder idéntico al de un monarca, no hace más que continuar el problema.

La Transición es otro más de esos pasos inacabados en los que determinados poderes volvieron a decidir por el pueblo en lo más importante. El Rey cumplió un papel fundamental en aquel periodo histórico, en el que según dicen algunos expertos, la sociedad no estaba capacitada tras el sufrimiento de más de 40 años de enfrentamiento en la Guerra Civil y el resentimiento de la dictadura, todavía sin superar. Y probablemente fuese cierto.

Pero pasados ya más de 30 años desde entonces, nunca parece estar preparada la sociedad, ni se hace nada para que así sea. Mientras en otros países la monarquía no es más que un recuerdo del pasado, en España el motivo principal para justificar esta institución continúa siendo el mismo: que la sociedad «necesita» la figura de un Rey.

El problema surge cuando esta institución se ve envuelta en escándalos bochornosos y su «función» parece consistir en aprovecharse de la ignorancia en la que se mantiene a la sociedad, a la que debería servir.

No se trata de discutir sobre la forma de Estado, ni de dudar de la importancia que en el pasado tuvo la figura de la monarquía. Se trata de identificar y solucionar aquellas trabas que impiden que la sociedad tenga la madurez suficiente como para poder decidir. La misma madurez que hace que esta figura, de una vez por todas, deje de ser necesaria.

Nota: este texto se redactó hace pocos días para colaborar en un proyecto de graduación, a petición de  una de sus participantes (antes de los recientes sucesos relacionados con la Infanta Cristina)
Más información en: woMet - Metropolitan Women's Magazine (@wo_Met)