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miércoles, 14 de noviembre de 2012

El error informático

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Se equivocan los ordenadores? ¿Por qué la informática tiene esa mala imagen? ¿Por qué se achacan con total naturalidad errores graves a «errores informáticos»? ¿Por qué no se solucionan? ¿Acaso los ordenadores toman decisiones por su cuenta, como en las películas? ¿Qué clase de ciencia es la informática? Algunas personas —paradójicamente no suelen estar especializadas en informática— opinan que esta área de la ingeniería no es una «ciencia exacta», y que por ello la programación de estos dispositivos esta sujeta a ambiguos vaivenes político-sociales. Si bien puede haber algo de cierto en esto, no es debido a la propia tecnología en concreto.

El Mark II (1947) fue un proyecto construido en la universidad de Harvard y financiado por la Marina de los Estados Unidos. En su diseño y construcción participaron algunos de los mejores ingenieros y científicos del momento, tras la Segunda Guerra Mundial. Hasta ese momento estas máquinas eran fiables y totalmente precisas, y sobre todo, hacían lo que se les pedía. Por ello, se utilizaban para tareas que requerían de gran seguridad y precisión, como trayectorias balísticas y órbitas de vuelos estratosféricos. Pero un día, el Mark II dejó de responder como se esperaba. No es difícil imaginar la sorpresa que experimentarían los científicos que lo manejaban, al comprobar como un ordenador matemáticamente preciso hasta ese instante, se «equivocaba».

La causa del error no fue que el programa hizo algo distinto para lo que estaba concebido. El Mark II no realizaba muchas operaciones —comparado con los actuales— pero las que hacía obedecían a un determinismo completamente científico. Cada línea de código debería estar validada según la lógica matemática, y debía ajustarse a la arquitectura física del ordenador, compuesta de circuitos electromecánicos regidos por las leyes de la física. La causa fue ni más ni menos que una polilla. Un «bicho», bug en inglés. Al introducirse una de ellas en la enorme circuitería del voluminoso Mark II, impidió el funcionamiento de uno de sus miles de aparatosos relés electromagnéticos, que en los albores de la ingeniería informática, formaban la mayor parte de su interior. Desde entonces, cada «sorpresa» que dan los programas informáticos se le denomina como bug. Por lo mismo, depurar un programa se traduce en inglés como debugger —quitar los bichos—.

La informática ha evolucionado hacia algo muy distinto de un proyecto científico y tecnológico como empezó siendo, como tampoco la propia Internet se parece a lo que en su día se pensó. Los programadores ya no son exactamente matemáticos o físicos, son en algunos casos, simples aficionados autodidactas. Los equipos se fabrican en serie, en abarrotadas fábricas en China, y las motivaciones que mueven a todos ellos son muy distintas de las de aquellos profesores de universidad, científicos y militares. Y por supuesto, los errores informáticos no son causados por «bichos».

Para entender lo que le ha pasado a la informática propongo explicar otra rama de la ingeniería: la Arquitectura. La Wikipedia la define al mismo tiempo como «Arte o técnica». Qué duda cabe que tiene algo de ambas. Para diseñar un edificio, hay que tener en cuenta la resistencia estructural del mismo, lo que implica el cálculo matemático de resistencias, tensiones, presiones y todo un gran número de parámetros físicos. Para su funcionalidad, hay que tener un gran conocimiento del entorno social y de los usuarios. Para su estética, hay que tener una sensibilidad y gracia especial. En resumen, la Arquitectura se compone de varias capas, desde la basada en la propia realidad física, hasta el más puro arte conceptual.

Con la informática es muy similar, con la diferencia que la gente no se mete dentro de los ordenadores y no existe el riesgo de que al derrumbarse, queden sepultados dentro de ellos. Por ello, nadie en su sano juicio dejaría en manos de una PC clónica con W95, el cálculo de la trayectoria de un satélite orbital, o la gestión de un sistema de monitorización médica a enfermos graves. Sin embargo, la informática se utiliza, y bastante, en estas áreas, lo que pasa es que los criterios de calidad y márgenes de error que se utilizan en estos sistemas, no tienen nada que ver en absoluto con los de «ir por casa». A pesar de la lógica aplastante de este argumento continúa existiendo una gran confusión con este asunto.

Como se ha visto, la informática parte de leyes físicas, ecuaciones matemáticas y proposiciones lógicas, básicamente. Todas ellas ciencias exactas. Sin embargo, su evolución y mejora de procesamiento, la ha llevado a realizar programas más complejos y para funciones muy diversas. Los programadores han de tener cierto «toque» personal, que en algunos casos podría considerarse alguna forma de arte. Y esto es debido a que los ordenadores no tienen que tratar únicamente con fórmulas matemáticas, sino que han de dedicarse a cosas como la llamada «interfaz gráfica de usuario».

Los recientes sistemas operativos dedican una gran parte del tiempo en el procesamiento de gráficos y en organizar la información para que el usuario sin preparación pueda utilizar un computador, algo que en los primeros años no era necesario, ya que antes de la aparición del ordenador doméstico, sus usuarios asumían que debían conocer las herramientas y adaptarse a ellas, y no al revés —cuando aprendemos a conducir un coche nos adaptamos su funcionamiento, y no al contrario—.

Con los nuevos entornos gráficos iniciados por Apple en 1983, los requerimientos de consistencia lógico-matemáticos no eran los mismos que con los computadores dedicados al cálculo matemático y cuya forma de comunicarse era mediante tarjetas perforadas. Ahora lo importante es que el usuario tenga un escritorio con iconos bonitos. A partir de este momento el computador se convirtió en un producto comercial, alejándose de su pasado y comercializándose aún sabiendo que su código estaba sin verificar acorde a criterios científicos —es muy caro hacer esto—, o directamente estaba repleto de errores—los Windows 95~XP—. Sabían que al usuario no le iba a importar, bien por lo cool que era su producto, o bien porque se lo habían pasado en un DVD «pirata».

La excepción a esta situación podría ser el sistema UNIX, un SO (sistema operativo) creado por dos científicos del MIT. Este SO funciona como un reloj, es preciso y siempre hace lo que ha de hacer y lo que se espera de él, salvo ciertas tolerancias presentes en todo proyecto de ingeniería. Basándose en él han surgido otros SO que han heredado parte de su eficacia, pero al que le han añadido la mencionada interfaz de usuario personalizada a criterio de los programadores (Linux, Mac OS X).

Por tanto, el error informático no es debido a un «defecto», o a una «imprecisión» o característica propia e inherente a la informática. Ni tampoco es ineludible. Por el contrario, los problemas típicos de la informática son debidos a la introducción de criterios alejados de su naturaleza, fundamentalmente los comerciales. Allá donde los criterios de programación pasan por filtros distintos que los de la lógica o la propia construcción física, hacen que la informática pierda su carácter de ciencia y no se le pueda exigir la precisión que se pueda esperar de una de ellas. Salvo que se refleje en el contrato comercial, claro.

Enlaces

martes, 11 de septiembre de 2012

Guerra Samsung vs Apple, o la innovación engañosa

martes, 11 de septiembre de 2012
Comparativa Apple-Samsung
(Fuente: Cadena SER)
Es noticia estos días que un jurado de California ha sentenciado que "Samsung copió a Apple". La conclusion que pretenden transmitir algunos medios es la de que "Jobs tenía razón". Pero, ¿la misión de jueces y jurados es la de otorgar victoria moral dando la razón postuma a alguien, o es la de ser objetivo en la resolución de una acusación presentada de una forma concreta y ante la existencia (o ausencia) de una serie de pruebas, dentro de un marco legal preexistente? Desde luego, pienso que está más cerca de lo segundo.

No obstante, tampoco sería sensato obviar que esta resolución judicial, pone sobre la mesa diversas cuestiones importantes sobre el mundo empresarial actual, y cómo la tecnología está cambiando los modelos competitivos y la sociedad.
 

Las patentes

Los registros de patentes se idearon en una época en la que las ideas o conceptos no podían transmitise con la gran rapidez ni facilidad con las que ahora es posible realizar. Sería una cuestión demasiado larga de abordar en este artículo, pero hay que señalar que hasta ahora las patentes consistían principalmente en el registro de productos completos, con la inclusión de planos detallados y descripciones más o menos complejas de la funcionalidad del producto.

En los últimos tiempos, desde la proliferación de las nuevas tecnologías y la mejora en las comunicaciones, la industria se ha dedicado a proteger su negocio y buscar los tan asiados (a la vez que perdjudiciales) monopolios a base de patentar todo tipo de cuestiones anecdóticas (pellizcar la pantalla, recorrer una lista, rotar un documento, etc). En definitva, las empresas de tecnología, sobre todo las relacionadas con los dispositivos portátiles, están utilizando un anticuado modelo legal de registro de la propiedad intelectual como herramienta estratégica comercial, de dudosa utilidad al usuario.

Muchas de las patentes que Apple ha presentado en su denuncia frente a Samsung son de este tipo, y se puede decir que son una foma de utilizar los sistema legales para alcanzar las mayores cuotas de mercado posible. No es la primera vez que Apple la utiliza, ni es desde luego, la única empresa que lo esá haciendo. La propia Samsung también ha denunciado a Apple, así como Motorola a Blackberry, y otros casos más.
 

La innovación

Otra de las conclusiones que algunos medios deducen de esta resolución judicial, es la de que Apple innova, y Samsung no. Esto sólo se puede entender si reducen (de forma completamente irracional a mi entender) las trayectorias de ambas empresas a este único hecho.

Samsung es una empresa puntera en su campo tecnológico, es lider mundial en fabricación y venta de pantallas gracias entre otras cosas, a sus innovaciones en este campo. Es más, es proveedora de la propia Apple, la cuál, a pesar de ser vendedora de hardware, muy pocos de los componentes que utliza en sus equipos son ideados por ella. Entre otras empresas que si que son innovadoras en tecnología además de Samsung y que también proveen a Apple, destaca la japonesa Sony.

Apple ha destacado por aplicar de forma diferente dicha tecnología, y sobre todo, en la de aumentar la imagen de "valor añadido" de sus productos. Es decir, salvo en sus inicios con los computadores personales, la vuelta de Jobs a la empresa no ha implicado el desarrollo de nada que no existiera previamente, simplemente le ha cambiado la apariencia y lo ha acompañado de una campaña de imagen, eso si, revolucionaria. Apple ha innovado en marketing, no en tecnología.

QTek S100 (año 2005)
Por ejempo, el iPod muchos consideran el "primer" reproductor de MP3, cuando realmente fue el MPMan el primero de ellos. De forma similar, el iPhone no fue ni con mucho, el primer "smartphone". La primera empresa que unió los mundos de las PDA`s (dominada por Windows Mobile) con el de la telefonía (con Nokia y Motorola al frente), fue la empresa británica QTek (adquirida posteriormente por HTC). De nuevo, el concepto de "tablet" actual es poco más (o menos) que los tablet PC que Microsoft desarrolló orientados al mundo corporativo, pero adaptados al usuario "estandar" y un entorno más doméstico. La diferencia de los tablet PC con los de ahora, es que aquellos eran ordenadores completos de propósito general y los actuales son apenas algo más que ordenadores de mano con pantalla muy grande.

Con el sistema de patentes descrito, es muy difícil que una empresa no "copie" alguna de las características que otra compañía haya implementado previamente. Esto no significa que haya copiado el desarrollo de dicha idea, tan sólo su apariencia. Por otro lado, Microsoft ha cambiado su anterior interfaz de escritorio  por el nuevo sistema "Metro" que va a utilizar en los terminales móviles. La diferencia estética es clara, aunque funcionalmente es prácticamente lo mismo. Que los iconos sean monocolor y de forma cuadrada no creo que sea impedimento si llegará el caso a que Apple quisiera presentar otra demanda por cualquiera de las multiples y variopintas patentes que ha acumulado.

¿Cuál es la diferencia entre Windows Phone 7/8 y el sistema operativo Android que Samsung utiliza en sus dispositivos? Sobre todo, la cuota de mercado que le quitan a Apple. Que Google/Samsung ha copiado la estética de los productos de Apple es tan obvio como seguramente irrelevante. La cuestión importante es si el resultado es mejor o peor para el usuario, algo en lo que es este el que ha de tener la última palabra. No un juez.

Enlace relacionado:

domingo, 17 de junio de 2012

La otra cara de la crisis

domingo, 17 de junio de 2012
'Burbuja de ladrillos'
¿Era similar la situación en cada país antes de la crisis? En función de esta premisa, ¿en qué medida la crisis ha afectado por igual a cada uno de ellos?. A pesar de la creación de la Unión Europea, lo cierto es que ésta tan sólo se ha materializado en una unión monetaria que dejó al libre albedrío de cada país, cómo gestionar los fondos de cohesión que recibía.

Debido a esto y a las peculiares características y costumbres de cada país, muchos de estos fondos no se han destinado a mejorar la capacidad industrial ni la productividad, más bien han ido a parar a la creación de unas infraestructuras de comunicaciones que permitieran de forma fluida el libre comercio con los países productores como Alemania, y que además sus bonitos coches pudieran circular adecuadamente por las playas del mediterráneo.

Si nos remontamos a la entrada en el €, muchos podremos recordar la fiebre de inversiones que se sucedieron para realizar presuntamente blanqueos de capital. Todo el dinero negro que había en pesetas se podía perder con la llegada de la nueva moneda comunitaria. Una de estas inversiones fue principalmente la de bienes inmuebles: así empezó la burbuja inmobiliaria española.

Claro, este dinero había que recuperarlo. Esto explicaría los aumentos del 50% del precio de la vivienda, que de un año para otro se convirtieron en habituales. Se inició así una carrera de crecimiento ficticio que todos ya conocemos: el paro disminuyó, la inmigración aumentó, los créditos se concedían indiscriminadamente, el consumo se disparó. Unos ganaron mucho dinero, otros creyeron que eran ricos, sin serlo en absoluto. El Estado tenía dinero para todos: subvenciones a «grupos culturales», sanidad «gratuita», privilegios para los cargos públicos y sus amigos, 400 € por el morro, miles de representantes laborales liberados, etc. «España iba bien», la demagogia funcionaba a las mil maravillas, el dinero «fácil» huía a los paraísos fiscales a toda velocidad mientras los políticos miraban para otro lado. Ganó Zapatero, nos fuimos de Irak y por fin daba gusto ser español. Lástima que durase poco.

La crisis crediticia en los EUA acabó con todo esto, en la medida los bancos y entidades financieras europeas habían invertido ciega e incongruentemente en productos financieros de aquel país. Y en España nos afecta de forma diferente al resto, ya que no sólo no se ha desarrollado ningún modelo productivo alternativo, sino que la base del crecimiento ha sido una mentira que nos hacía creer que sólo por tener una mal llamada democracia, nos hacía más listos, más altos, y más guapos. El crecimiento sólo lo ha sido de población, de una que ahora va a tener que emigrar. La sociedad continúa más que nunca pendiente del fútbol o de los programas de cotilleo; la educación no ha hecho más que empeorar; la ciencia, la investigación y el desarrollo tecnológico han sido ridículos. ¿Hay alguna forma de continuar como funcionábamos hasta ahora?, yo no la veo por ninguna parte.

¿Es la austeridad una solución? Desde luego que mejor que el despilfarro habitual hasta ahora sí. Sin embargo, aunque podrá ayudar a rescatar a los bancos, aplicada sistemáticamente y en ámbitos como educación o investigación, es totalmente perjudicial para mirar el futuro con garantías. Y no es lo adecuado para reactivar la economía ni reducir el paro.

Hay quien dice que hay suficiente dinero para paliar la crisis sin recurrir a estos métodos socialmente traumáticos: que si los clubes de fútbol pagaran sus deudas, que si metieran a políticos y banqueros en la cárcel y devolvieran el dinero enviado a paraísos fiscales, etc. Es cierto. Desde luego que tendrían que pagar todos los culpables antes que los ciudadanos, pero esa cuestión está hoy en día muy complicada. Pero sobre todo, es demasiado tarde para plantearla.

No nos sorprendamos ahora si se crean fondos de rescate, se reducen las subvenciones y se instaura el copago. Nunca hemos hecho nada para tener un sistema político que nos permita decidir en estos asuntos. La sociedad española lleva conformándose con lo que le dan los políticos de uno u otro color durante 30 años. Ahora en cuatro días no se va a solucionar esto, y además, el partido actual ganó con mayoría absoluta, gracias a la propia sociedad. Es lo que hay, y lo que ha habido siempre: desigualdad, pelotazos, enchufismo y mamoneo.

La cuestión es: suponiendo el caso hipotético de que pagaran todos los culpables, devolvieran el dinero, se perdonara la deuda, se expropiaran viviendas y se alquilaran con precios asumibles, etc., etc., ¿qué hacíamos después? ¿cuanto podríamos aguantar con esa situación? Es decir, estas medidas solucionarían la crisis social actual, pero en cualquier caso ya no podríamos continuar con el modelo productivo que se tenía, ni llevar el mismo nivel de vida que hasta ahora. Por tanto, el  verdadero problema de la crisis es que nos está obligando a mirarnos al espejo cómo país. Nos fuerza a retrotraernos a niveles de los años 70, los de la España de «Sol y Playa», caciquil y atrasada, que no creo que nos guste a la mayoría.

Por tanto, tampoco le encuentro mucho sentido que algunos grupos tan sólo se paren en la superficie, se limiten a la protesta, a reivindicar más demagogia y no planteen el verdadero problema de fondo, que es el de encontrar un camino alternativo a través de reformas profundas necesarias, no sólo a los políticos, si no sobre todo a nosotros mismos como sociedad civil, para no pasar por estos o similares errores de nuevo.

Mas información: enlaces sobre la crisis

sábado, 16 de junio de 2012

La crisis del disparate

sábado, 16 de junio de 2012
Con todo esto de la crisis actual y sus recortes para poder satisfacer la deuda «del Estado», parece que no nos acordamos que todo empezó con aquello de la crisis «del crédito» o de las hipotecas subprime. No sería de extrañar que todo fuera un desvío de atención por parte de los grandes medios para una vez más, enfocar nuestra atención fuera de los verdaderos problemas.

Al parecer, pese a las alarmantes voces neoliberales que señalaban el despilfarro del Estado como el problema,  el reciente rescate al sistema financiero Español viene a demostrar cuál era su auténtico origen. El que en la legislatura anterior calificaban como el «sistema bancario más fuerte del Mundo» ha acabado desplomándose, en otra clara "zapaterización" de la realidad que imita a marchas forzadas el actual presidente del gobierno.

Sin ánimo de sumergirse en aburridas y técnicas cuestiones económicas, el problema se podría resumir de forma muy breve de la siguiente manera: el origen de la deuda de un país puede ser pública (la contraida por el Estado) o privada (por entidades privadas). Y esta deuda puede ser interna o externa. La que está causando la crisis actual (y al decir actual es la de los últimos meses, o semanas), es la deuda del Estado o deuda pública. De ahí las voces alarmistas que aclaman una reducción del gasto público. Pero lo que ignoran de forma bochornosa estas voces es que gran parte de esa deuda pública ha sido contraida debido a las inyecciones de capital para los rescates bancarios, como viene sucediendo desde la creación del FROB, con Zapatero de presidente. La deuda pública es debida en gran parte a satisfacer la deuda privada. En este sentido encuentro incomprensible que desde los representantes de algunos grupos defiendan un «recorte profundo, radical y veloz del gasto público». Un poco exagerado, ¿no?

Está claro que el gasto público en asuntos como el patético «Plan E», no han servido para nada. Y está claro que es admisible criticar muchos aspectos de cómo funcionan la sanidad pública o el gasto en educación, pero lo cierto es que aunque pudieran considerarse como un problema, no son las causantes de la crisis. Y en todo caso, también habría que considerar otros aspectos como los gastos de los cargos publicos en sueldos, coches y todo un sin fin de privilegios que aunque tampoco son causa de la crisis, pueden y deben ser, objeto de crítica. Y esto sin hablar de la corrupción, que merece un trato aparte.

Y el problema de la deuda privada no es por su tamaño, si no por la capacidad de líquidez o capacidad para satisfacerla dentro de los plazos. Esto significa que aunque un país como Alemania tenga una mayor deuda, tiene sin embargo una mayor capacidad para devolverla. Esto es, es más productivo. Esto significa que su PIB (producto interior bruto) es mayor, y posee por tanto una mayor capacidad de autofinanciación como país.

Las formas por las que un Estado puede financiarse y saldar dicha deuda son básicamente (fuente: Wikipedia):
  1. Impuestos y otros recursos ordinarios (precios públicos, transferencias recibidas, tasas, etc.).
  2. Creación de dinero, mediante un proceso de expansión monetaria.
  3. Emisión de deuda pública.
La emisión de deuda pública en forma de bonos, letras y productos de este tipo, no está teniendo mucho éxito debido a la falta de confianza e interés de los inversores. La creación de dinero se ha de descartar, ya que con la unión monetaria esto no es posible (por este motivo se está llegando a hablar de la salida del € de paises como Grecia), salvo que como ha ocurrido, la propia Unión Europea se haga cargo de la cuestión bajo una serie de condiciones. El problema es que la única sálida que les queda a estas contrapartidas para poder exigir la devolución de la deuda es la nº1, o sea, la financiacion a costa de los ciudadanos, en la que no podemos esperar que nuestros representantes políticos aporten mucho de su propio trabajo.

Por tanto, para que nuestras empresas tanto públicas como privadas sean más productivas y podamos tener una mayor capacidad de devolución sin necesariamente tenerlo que coger de sueldos o impuestos, lo necesario es una mayor inversión en investigación y tecnología, así como en educación, justo lo contrario que se está haciendo o que se va a hacer, que son recortes en I+D+I y bajar los sueldos a los trabajadores (aunque bien es cierto que esto es un plan a largo plazo).

En definitiva, para que el Estado pueda devolver una deuda de la que no es causa, ha de recurrir a los que se supone que somos sus soberanos (de ahí lo de deuda soberana), aunque carecemos de dicha capacidad para tomar decisión alguna, salvo en la de elegir a los que ahora toman estas medidas, controlados por la Unión Europea. Un auténtico disparate.

Mas información: enlaces sobre la crisis

lunes, 4 de junio de 2012

Recordando los inicios de la crisis

lunes, 4 de junio de 2012
Euros¿Es la deuda la causa de la crisis o es esta la que ha causado el déficit público?.   Para refrescar la memoria y no aburrir demasiado, en el vídeo al final del artículo, John Bird and John Fortune nos lo explicaban de una manera muy sencilla y amena hace ya cuatro años.

Por resumir, todo empezó cuando Alan Greenspan (presidente de la Reserva Federal o FED) decidió, sin que nadie le preguntara, limitar los intereses que los bancos podían cobrar por sus préstamos. Dicen que era por preocuparse de la gente sin ingresos, para que no tuviera que verse ahogada por préstamos a un gran interés.
 
El resultado, que nadie se preocupó en comprobar, limitar, ni regular (ni políticos, ni el FED), es que los Bancos y todo el tinglado de alrededor (agencias de valoración, etc), se buscaron la vida para mantener los ingresos (como la mayoría de nosotros hubiera hecho, todo hay que decirlo). El problema es que traspasaron cierto límite ético a la hora de llevar adelante las «habituales» practicas comerciales. Especularon, y no contentos con ello, mintieron, manipularon, estafaron y engañaron, vendiendo sin cuidado ni miramiento productos que no valían ni una décima parte de lo que aparentaban, a inocentes, ignorantes y por qué no vamos a decirlo, estúpidos ciudadanos. O simplemente, ciudadanos que pensaban que las leyes e instituciones estaban para protegerles.
 
Esto fue en los EUA. En Europa, con un sistema económico aún más compactado e indistinguible del poder político que al otro lado del océano, fue todo mucho más sencillo. A pesar de la jactancia de algunos sectores que critican la ausencia de intervención en la economía de los EUA, y se les llena la boca del sistema «de bienestar» europeo, en este continente sus políticos, completamente conchabados con el sistema financiero, carentes de iniciativa y de legitimidad, habían mirado hacía otro lado mientras se imitaban uno por uno los pasos que desde la otra orilla les decían. Nada les impedía haberlo evitado, pero no lo hicieron porque seguramente participan de ello. Un delito aún peor que el de los bancos.

domingo, 22 de abril de 2012

El consumismo

domingo, 22 de abril de 2012
Consumista mostrando un producto que considerará obsoleto un año después¿Es el llamado consumismo una consecuencia inevitable del capitalismo o mercado libre?. Esto puede ser tan cierto como decir que el crimen es una consecuencia de la libertad. ¿Donde está el límite entonces entre esto y la sana competencia, y sobre todo, quien lo establece? Parece que el llamado neoliberalismo sorprende de nuevo con otra contradicción. De nuevo, su idea de libertad les lleva al extremo, y por lo que se puede descubrir, convierten al consumismo en una de sus principales doctrinas. El deseo de no intervención en el mercado tiene como consecuencia llegar a admitir cualquier forma de comercialización, incluso fomentarla y elogiarla. Apenas se ponen límites a las técnicas de mercadotecnia utilizadas para lograr que los ciudadanos compren un determinado producto.

Por supuesto, ninguno de nosotros somos nadie para decir lo que es malo para alguien, esto es cierto, pero ¿y el conjunto de la sociedad? ¿y la medicina o la ciencia? ¿no tienen nada que decir?.  Una cosa es tener límites éticos flexibles, y otra cosa es desear no tener límite alguno. No saber distinguir entre vicio y placer, entre disfrute y necesidad, es ya un problema. Sin embargo, es muy sencillo hacerlo: por ejemplo, la cerveza no es un elemento indispensable para que el ser Humano sobreviva. Tomarse una cerveza un soleado domingo por la mañana en un parque, es un placer. Necesitar ir todos los días al bar a tomarse varias, no. Lo primero es disfrute, lo segundo, un vicio.

De forma similar, comprarse ocasionalmente lo último en tecnología, o un producto de una determinada marca en concreto, será por regla general, un capricho que podemos tomarnos ocasionalmente. Hacerlo siempre, convertir en una necesidad algo que no lo es en absoluto para subsistir habitualmente, es crear vicio. Si además, hacemos enormes colas días antes de la salida a venta de un producto, que no sabemos bien para qué, ni porqué, pero que necesitamos tener para creernos algo mejores, me atrevería a llamarlo enfermedad. Por creer que comprando un buen producto que no sea mediocre, vamos a dejar de serlo nosotros.

Una mujer fumando, símbolo absurdo de la liberación femenina., producto de la propaganda manipuladora.Bien, pues de esta forma han hecho multimillonarias ganancias algunas empresas, en diversos sectores. Empresas que han basado su publicidad en hacer pensar a la gente que van a ser mejores por tener un producto determinado, desde tecnología a automóviles. Y les ha funcionado. Si hay un ejemplo claro de vicio que además de inútil, es perjudicial para el ser Humano pero gracias al cual se han enriquecido ciertas personas, ese el el tabaco. Una de las pocas ocasiones en la que han surgido algunas voces de protesta.

El marketing o mercadotecnia, surgió como una forma de estudiar las necesidades de la sociedad, de forma que las empresas o iniciativas particulares que mejor las satisficieran, tuvieran mayor éxito. De esta forma, todos salían ganando. Todo el que tuviera algo que ofrecer que sirviera a la sociedad, era recompensado, y a cambio, la sociedad evolucionaba. Sin embargo, según diversas fuentes a las que he tenido acceso, esta situación cambio por completo tras la 2ª Guerra Mundial.

Los victoriosos Estados Unidos de América se convirtieron a partir de ese momento en los libertadores, en el ejemplo a seguir. Un país que desde sus inicios supo controlar al poder político, pero que nunca aprendió a controlar a su poder económico, se convirtió en el referente mundial y llamada a ser su 1ª potencia. En este caldo de cultivo surgieron ciertos nuevos personajes como los Rockefeller, o instituciones desvinculadas del poder político como la Reserva Federal (FED), que vendrían a decidir el destino de todos los habitantes del planeta.

Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud e inventor del término eufemístico «Relaciones públicas», para referirse a la manipulación de las masas.Otro de los nombres que intervinieron decisivamente en la configuración actual de la economía global, fue Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud. Edward utilizó lo que había aprendido de su tío para explotar económicamente las debilidades humanas. Se inició así la era del consumismo, por la cuál no era suficiente satisfacer las necesidades de la sociedad, sino que había que generarlas, crearlas donde no las había, convertirlas en vicios. Hoy en día esto continua igual, manifestándose en conceptos como la Obsolescencia Programada o el Diseño Emocional. Debido a estas técnicas los usuarios no consumirán productos ateniéndose a sus necesidades reales, sino en función del ansia económica de las empresas que mejor exploten sus debilidades, en la medida estas prácticas mercantilistas dificultan descubrir cuales son aquellas.

Volviendo a la pregunta del inicio, esta tendencia de mercadotecnia cada vez más aplaudida no ha existido siempre, como se ha visto. Todo sistema tiene a la degradación, por el simple principio de la termodinámica. Si no se toman medidas, finalmente, todos los defectos que inevitablemente tendrá cualquier sistema que se proponga en cualquier ámbito, acabarán por crecer hasta corromperlo. Estas técnicas de control emocional de las masas como el consumismo, que dificultan la solución de los problemas sociales, serían según este postulado, consecuencia de la dejadez y de la manipulación que la explota, para evitar que se intervenga. Es en estos casos, bien sea a través de la religión, de la política o de la economía,  donde se comprueba cómo el poder busca continuamente nuevas formas de perpetuarse.

viernes, 11 de noviembre de 2011

La economía del bien común

viernes, 11 de noviembre de 2011
bien común
¿Debe estar la economía al servicio de la sociedad?. Si es así, entonces  ésta ha de tener los instrumentos políticos adecuados para poder decidir sobre dicha función. De lo contrario, no hay forma de impedir que la sociedad se convierta en una mera consumidora pasiva, a expensas de los que dominen el mercado.

Cada vez más gente piensa que el capitalismo actual no es válido, motivo para el que existen fundamentadas razones. El problema es la deriva que puede ocasionar hacía posturas tradicionalmente de extrema izquierda. Por ejemplo, instaurar una economía planificada y la eliminación de la propiedad privada, medidas que serían totalmente nefastas tanto individual como colectivamente, como también demuestran los hechos.

Desde este rincón se viene defendiendo que el problema no es tanto el capitalismo en si mismo, como el anteponer sus premisas sobre la voluntad democrática de los pueblos (en definitiva, anteponer un sistema económico sobre el político, lo que es una aberración desde el principio). Si se lograra un mercado libre de la siguiente manera, no veo en qué podría ser perjudicial. Más bien parece que al contrario:
  • Compuesto por individuos con igualdad de oportunidad, y un sistema judicial que lo sostenga.
  • Un mercado regulado para impedir cualquier intento por romper estas condiciones en beneficio de unos pocos.
  • Competencia por ofrecer los mejores productos, bajo una reglas decididas por el conjunto de la sociedad a través de los mecanismos adecuados.
El problema es que  este no es el «mercado libre» que hasta ahora hemos tenido. En los EUA, el mercado libre consiste en que las grandes corporaciones y otras entidades político-financieras, tienen vía libre para influir con toda la fuerza de la que dispongan sobre el poder político. De la misma forma, hacen uso de la libertad que el sistema legal les ofrece, para subyugar con el consumismo (las llamadas «máquinas de felicidad») a la sociedad.

En Europa, las sociedades apenas disponen de mecanismos políticos de participación. Sus políticos monopolizan el poder. Por tanto, el poder económico de los EUA y todo el europeo que le sea afín, tan sólo tiene que «influir» adecuadamente sobre un puñado de jefes políticos, para tener sometida a la población entera. Con la única excepción de Suiza y recientemente, Islandia. El problema es por tanto, simple y llanamente, no disponer de la suficiente democracia

Tal vez el primer problema de capitalismo, cuya gravedad está en función de la cultura de la sociedad en concreto, es la no reinversión de las ganancias en la propia empresa o en la sociedad. De esta forma, un empresario puede tener una empresa con éxito, ganar mucho dinero, gastarlo en yates, cochazos y otro tipo de productos más erótico-festivos, y el resto desviarlo a paraísos fiscales. La empresa finalmente acabará obsoleta y quebrará, dejando a sus empleados en paro. Situación que no le importará lo más mínimo al empresario protagonista, ya que podrá volver a comenzar para dejar en el miserable paro de nuevo a muchos ciudadanos y continuar enriqueciéndose. Mientras tanto, la sociedad no sólo no ha recibido beneficio alguno, si no que ha de observar atónita, como su dinero ha ido parar a no se sabe dónde.

Cada uno puede gastarse el dinero en lo que quiera, dirán algunos. El problema es que esta forma de actuar es completamente incongruente con las propias reglas del sistema capitalista, que consiste en el crecimiento continuo. Si no se reinvierte en el negocio para mejorarlo, para hacerlo más competitivo y en definitiva, más útil a la sociedad (o al bien común), no sirve para nada. Y si encima los poderes públicos y políticos participan de este expolio a la sociedad, entonces ya estamos hablando de un auténtico atentado social. Esto es lo que ha estado ocurriendo con la burbuja inmobiliaria, que no ha generado crecimiento ni productividad real ninguna, y que ahora lleva a millones de ciudadanos al paro.

En este sentido no es suficiente con tener democracia. Es necesario conocer estos defectos y problemas potenciales para prevenirlos. En el revelador vídeo a continuación, recomendado por un compañero, se proponen una serie de medidas alternativas a este sistema. Está presentado por el autor de la propuesta, Chistian Felber:

lunes, 8 de agosto de 2011

Hablemos bien de España (II)

lunes, 8 de agosto de 2011

El Imperio Español

Un pasado imperialista no tiene buena imagen en la corriente políticamente correcta de la actualidad. Si me permiten opinar los historiadores más expertos que yo en estos temas, todo parece indicar que en su época los imperios eran la forma en la que las sociedades más tecnológicamente desarrolladas se propagaban. Así es como se ha configurado el presente, y muy probablemente, como hoy en día se configura el futuro haciéndose en gran parte a través de la economía (con la diferencia de que en este caso, es sin que lo sepamos). Sin embargo, también es cierto que a la larga los imperios difícilmente se sostienen, menos todavía en la época en la que le toco al español. El de Roma cayó, y así lo hizo el español diría que casi por los mismos motivos: una excesiva centralización y jerarquización del poder, la abusiva imposición cultural, y la corrupción política. En definitiva, por intentar sostener un sistema en un momento de la Historia demasiado temprano. Ni tan siquiera hoy en día se puede decir que sea posible.

domingo, 17 de julio de 2011

La economía y el #15M

domingo, 17 de julio de 2011
Que es inevitable que las personas hemos de tener ideologías, es tan cierto como que su aplicación estricta en la política puede resultar nefasta. En la medida en que sean simples y puros dogmas similares a los religiosos, se puede comprobar lo nefasto de su utilización sin más que observar a los países que no han superado su fase teocrática. Sin embargo, mucho más cerca, uno de los efectos del #15M en la occidental España, ha sido comprobar como oscuros y profundos dogmas grabados a fuego afloran tristemente todavía con demasiada fruición entre las personas.

viernes, 15 de julio de 2011

¿Quien controla la economía?

viernes, 15 de julio de 2011
Como ya se vio anteriormente, el neoliberalismo adolece de algunas contradicciones, pero la cuestión es: ¿quien o quienes para este tipo de liberales obsesionados con el mercado, ha de intervenir en él y quien no? De una forma u otra, siempre hay alguna institución que ha de meter las zarpas en el mercado. Los monopolios son rechazados por los neoliberales, sin embargo, las instituciones financieras y su entorno acaban siendo dueñas por completo de nuestros destinos, decidiendo unilateralmente los principales parámetros del mercado.

martes, 5 de julio de 2011

Las sorpresas del (neo)liberalismo

martes, 5 de julio de 2011
LIBERALISMO
El sentido común, aquel que se supone común al género humano, me decía que era necesario cierto concepto de igualdad para que la libertad de las personas fuera efectiva. Es decir, no hay libertad si no la podemos tener todos por igual. La democracia estaba muy relacionada con este concepto ya que si no hay igualdad de posibilidades para participar en el gobierno, no se le podía llamar gobierno del pueblo, sino de unos pocos u oligarquía. Todo iba bien navegando por entre estos conceptos. Todo parecía cuadrar de forma armónica. El problema surgió cuando conocí a otros que se hacían llamar también liberales.

domingo, 17 de abril de 2011

El problema global

domingo, 17 de abril de 2011
«En la tierra hay suficiente para satisfacer las necesidades de todos, 
pero no tanto como para satisfacer la codicia de algunos»
Mahatma Gandhi
Mahatma Gandhi
¿Qué ocurriría si el resto del mundo se levanta un día, y desea acabar con el hambre, guerras e injusticias que les azotan? ¿qué pasaría si decidieran llevar el mismo nivel de vida que occidente? ¿dejaría de ser el problema ajeno y lejano que contemplamos a través de nuestro televisor? Seguramente sí. Recuerdo que en cierta conversación que mantuve hace tiempo, dudaba que el día que los chinos (refiriéndome a la población, no a su gobierno) decidieran librarse de sus oligarquías y construir lo mismo que en occidente llevamos haciendo desde hace mucho tiempo, con nuestras casas, nuestros coches y nuestra cultura del consumismo, existieran los suficientes recursos en el planeta para hacerlo. ¿Pero acaso no tienen derecho a hacer lo mismo? ¿qué les impide intentarlo?

sábado, 8 de mayo de 2010

Mercado libre vs. Sociedad libre

sábado, 8 de mayo de 2010
Centro comercial, "templos" del consumismo ¿Es un mercado libre síntoma inequívoco de una sociedad libre? ¿proporciona un mercado ausente de regulación una prueba evidente de libertad en una sociedad? ¿una sociedad libre no ha de permitir ninguna regulación en su mercado?

Desde el entorno llamado liberal claman por un mercado libre como si del principal estandarte de dicha corriente ideológica se tratara. Sin embargo, el resultado de dejar alegremente que las principales entidades bancarias del país que más presume de su libertad engordaran de flatulencias hasta liberar un enorme pedo financiero mundial, es un hecho sintomático evidente de que algo funcionó mal. Pero lo que en un primer momento parece una refutación del liberalismo, al menos el del mercado, resulta ser todo algo más complicado si examinamos detenidamente el problema.

Allá por el año 2002, un tal Alan Greenspan por aquel entonces presidente de la Reserva Federal de los EUA, en un acto a mi entender de inusitada prepotencia y enorme irresponsabilidad, decidió que las entidades bancarias iban a dejar de tener apenas margen para sus ganancias.

Qué duda cabe que si todo el mundo hubiera sido mejor, menos avaricioso, menos ambicioso, menos despreocupado, en definitiva, si se hubiera tenido una mayor cultura del coraje, cuando al listo de turno se le ocurrió lo de las hipotecas subprime y la titulización en paquetes juntando churras con merinas, la mayoría, desde las agencias de rating pasando por las entidades bancarias y llegando hasta, no nos olvidemos, los clientes que aplaudían contentos la hipoteca interminable de alto riesgo que les acababan de regalar con tan solo presentar cromos del coyote, hubieran actuado de otra forma y muy probablemente, poco de todo lo que está ocurriendo ahora hubiera sucedido.

Alan Greenspan, anterior presidente de la Reserva Federal de los EUANo tener en cuenta todos estos aspectos de la condición humana y quitarles las ganancias a unas organizaciones que tienen como principal cometido conseguir el mayor número de ellas(1) y lo peor, despreocupándose de lo que ocurra luego, ponen a Mr. Greenspan como alguien más peligroso que un mono con una cuchilla de afeitar.

Si la intervención de la Reserva Federal fue desacertada, y la posterior dejadez fue peor, yo me pregunto si el problema es la intervención en si misma o la verdadera cuestión que nos debería interesar es de donde sale el poder que detenta dicha organización y otras como en Banco Central Europeo o el Fondo Monetario Internacional. Es decir ¿por qué se habla de la necesidad de un mercado libre, y no de una sociedad libre? ¿por qué se asume que las organizaciones monetarias internacionales o supraestatales forman un oligopolio invulnerable? ¿qué clase de mercado libre puede haber existiendo semejantes monstruos de poder absoluto sobre todo el orbe?

Tanto si admitimos que los ciclos económicos son consecuencia de las intervenciones al no dejar que el mercado fluya, se reorganice y se autoregule en función de la oferta y la demanda, como si es por basar la economía en un crecimiento ilimitado que ha de sufrir recesiones periódicas inevitables; el desastroso resultado es similar: la sociedad ha de estar al pairo de lo decidan unos señores sin su control, o de los vaivenes de un mercado que se les escapa igualmente por no disponer de las herramientas o controles adecuados a pesar de padecer sus consecuencias.

¿Qué es más liberal entonces, anhelar la libertad del mercado, o la de las personas de una sociedad que sufre en conjunto males que no controla?

(1) Hay que aclarar que los Bancos y otras entidades financieras actuaron exactamente igual que si a cualquiera de nosotros nos redujeran el sueldo a la mitad (y si no, que se lo pregunten a los ciudadanos Griegos que se han manifestado multitudinariamente por el mismo motivo), aunque hay que aceptar por supuesto, las diferencias insalvables entre las ganancias de unos y otros. No obstante, que haya gente peor no suele ser una buena excusa (en La India o en África hay mucha gente peor que en Grecia) y en cualquier caso, el problema surge cuando los recortes vienen de una autoridad no lo suficientemente legitima y representativa.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Los Tres Poderes

miércoles, 17 de marzo de 2010

Normalmente, los poderes del estado que han de representar la soberanía de la sociedad civil, reciben los clásicos nombres de Judicial, Legislativo y Ejecutivo. Sin embargo, los tres poderes que hay en España son:

  1. Poder político:
    • Administración o funcionariado
    • Justicia
    • La Corona
    • Partidos políticos, sindicatos, y otras asociaciones o agrupaciones relacionadas (de victimas, Nunca Mais, los de «la ceja», etc.)
    • La Iglesia (la Católica, claro)
    • Colegios profesionales tradicionales (abogacía, médicos, telecos, arquitectos –principalmente–)

  2. Poder mediático: que se pelearán a ver a quien le hacen más la pelota a los anteriores, ya que de lo contrario, les pondrán todas las dificultades legales que puedan y harán todo lo posible para que sean expropiados o cerrados , dando para ello la excusa que mejor convenga según el momento.
    • Prensa
    • Radio
    • TV

  3. Poder económico: los que acordarán sustanciosos contratos con cualquiera de los anteriores, para promocionar y apoyar sus proyectos a cambio de tratos de favor, en detrimento del resto de empresas más modestas aunque más numerosas, dejando al resto de ciudadanos en general en claro agravio comparativo.
    • Bancos
    • Multinacionales
    • Energéticas

Si estás en alguno de los grupos anteriores, dependerá de ti que es lo que quieras hacer y por lo que quieras luchar o reivindicar, pero si no estás relacionado con alguno de ellos, por ejemplo, si no eres gay ni inmigrante (colectivos de interés populista para el poder político), si no eres un artista que ha logrado caerle en gracia a alguno de los poderes anteriores, si eres trabajador de una pequeña o mediana empresa o eres autónomo…

Entonces, si deseas ser una persona emprendedora y ser valorada más por tus méritos o por tus ideas comerciales que por tus enchufes o amigos, o deseas que así sea valorado todo el mundo; si deseas ser tan solo un ciudadano independiente, la base de la sociedad civil en un sistema democrático; entonces en cualquiera de estos casos estimado compañero, entonces estás jodido.

domingo, 28 de febrero de 2010

«entre todos»

domingo, 28 de febrero de 2010
Me entero que hay una serie de organizaciones que buscan soluciones a la crisis. Bueno, que en realidad pretenden que las busquen los demás. Estas son, y lamento hacerles promoción, estoloarreglamosentretodos y fundacionconfianza.

Si es como se cuenta y han salido en televisión, además de que se nota por el diseño de las páginas web y los participantes en los videos que cuentan con poderosos promocionadores y patrocinadores, sería toda una muestra de que detrás se encuentra el apoyo del poder político-mediático, y otra farsa más similar a la del Plan E, que lo único que puede conseguir es el gasto de más fondos públicos para que los responsables eviten tener que dar cuenta de ello.

zp-guerra-pajin-aido-minero-rodiezmo-2009Si de verdad hubiera que «arreglarlo entre todos», los primeros que tendrían que renunciar a la mitad o más de su sueldo, sus pensiones desorbitadas y sus privilegios exclusivos, serían los políticos que durante más de cinco años se han dedicado a aprobar el matrimonio gay, sin solucionar el problema de las parejas de hecho; a prohibir fumar, que ha ocasionado multitud de gastos a todo tipo de locales que ahora han tenido que cerrar; al carnet de conducir por puntos, sin solucionar el tema de los numerosos puntos negros; a menospreciar estudios universitarios fundamentales para un adecuado desarrollo tecnológico; a aprobar leyes abortistas, que puñetera falta nos hacen; a mejorar sus condiciones laborales, mientras pretenden empeorar las de los demás retrasando las edades de jubilación y el mínimo de años para cotizar. Independientemente de lo poco o mucho que todas estas medidas hayan aportado de solución a lo que pretendían, lo cierto que mucho menos han aportado a la de evitar la actual crisis. Por supuesto, los que estuvieron antes ni los menciono, pero son igualmente responsables. Ni unos ni otros ha hecho ni dejado hacer para evitarlo a pesar de lo evidente que parecía.

Para que fuera así, es decir, entre todos, tendría que haber igualdad y no clases políticas privilegiadas a costa del resto. Es decir, la clase política solo debería tener algún tipo de privilegio, en la medida que nos evitaran tener que pasar por esto. Y si no saben o esta clase política no existe, pues entonces que dejen de gobernarnos y abran la toma de decisiones a la participación ciudadana.

Es cierto que para salir de esto hay que inventar cosas nuevas y estimular la creatividad, la responsabilidad, el esfuerzo y el trabajo. Pero lo que no es justo es que los responsables de haber hecho antes esto, no se lo apliquen ellos y pretendan que como siempre, lo tengamos que arreglar y pagar los demás.

Y lo peor de todo es que esto evidencia lo que nos temíamos, la carencia de ideas y capacidad para aportar soluciones, de aquellos que precisamente cobran y han sido depositarios de la confianza de los que les pagan por ello.

lunes, 9 de febrero de 2009

El Nuevo Orden Mundial

lunes, 9 de febrero de 2009
crisisDesde poco después de comenzar la crisis actual en la que el mundo occidental se encuentra, viene siendo habitual escuchar todo tipo de comentarios relacionados con este asunto. La mayoría de ellos catastrofistas y algunos, tal vez aprovechando la situación, pregonan que es el fin del capitalismo y que ya es hora de que El Estado tome el rumbo de las cosas. Que ya está bien. Parecen querer decir algunos.

Lo de asumir infalibilidad al Estado, es algo que por dogmático se parece más a una religión que otra cosa, aspecto sobre el que ya se ha hablado en algunos artículos anteriores. En el fondo, no hay ningún motivo para pensar que las personas que forman la estructura burocrática de un Estado, desde la cima hasta la base, no sean susceptibles de cometer algún fallo (incluso de cometer muchísimos fallos). Eso si, en los países donde un partido controla al Estado y no hay otro a quien echarle la culpa por que no hay más partidos, el Estado no se la va echar a si mismo. En conclusión: nadie tiene la culpa y siempre todo va bien. Si por otro lado, la ocupación del Estado es competida por más partidos, es fácil, la culpa siempre la tiene el otro. O si algo de lo anterior falla, siempre está el recurso de echarle la culpa por ejemplo, a los norteamericanos gringos, el terrorismo internacional, la Iglesia,… y también por supuesto, el capitalismo opresor, según el caso.

Echar la culpa a los demás es un recurso tremendamente utilizado en el ambiente laboral, al menos en el entorno que conozco, en España. Incluso me atrevería a decir que la auténtica habilidad de los mandos es la de saber echar la culpa a otros, pasar el marrón, como suele decirse muchas veces. Resulta curioso como esta práctica tan cotidiana, es también la principal estrategia geopolítica mundial.

En el ambiente laboral mencionado, las órdenes de la dirección se convierten en sentencias, cuyo perfecto y literal cumplimiento es proporcional al grado de lo pelota y sumiso del interfecto en cuestión, y que suele ser por regla general, extremadamente elevado. A causa de esta interpretación literal movida por el afán de cumplir, antes que el de comprender la intención que se pretendía transmitir con esas directrices, se presiona a todo el personal subalterno para que al menos, parezca que el objetivo se ha cumplido, quedando los auténticos problemas sin resolver, sobrellevados y convertidos en rutina hasta que el azar o algún trabajador con ganas de volver satisfecho a casa le da solución, siendo invisible para ojos de la dirección o colgándose cualquier otro la medalla. Esto en el mejor de los casos, en otros, los problemas sin resolver acaban por deteriorar de tal forma la situación que se acaba produciendo una crisis, abocando al sistema a replantearse el funcionamiento general, normalmente sin meditar sobre cómo se ha llegado a ese punto ¿le suena a alguien este escenario?.

Cuando los estudiosos gestaron las diversas teorías económicas del capitalismo, basadas en el mito del crecimiento económico ilimitado, solo los dogmáticos y los fanáticos podían pensar en una aplicación literal de estas teorías. Los trepas, los pelotas sumisos, son los que seguramente han posibilitado en la práctica que a lo largo de la Historia se aplique de forma literal este concepto, siendo seguramente un factor importante en la causa de enormes crisis como las del 29, o la que ahora estamos inmersos. Es fácil imaginarse el revuelo y la alegría que produciría en algunas juntas directivas el comprobar como los ingresos aumentaban los primeros años de aplicar el concepto de hipotecas subprime. Alguno que se le ocurriera decir: oye, que esto no está muy claro, sería relegado al ostracismo, fuera de la nueva corriente de éxito de la empresa.

Los modelos utilizados en las teorías, de cualquier ámbito, solo son válidos dentro de unas condiciones determinadas, y siempre asumiendo tales modelos como idealizaciones de la realidad, es decir, que no existen. En estos modelos, se asume un entorno legal homogéneo, o por lo menos, no se tienen en cuenta diferentes marcos legales, y por supuesto los recursos no son en absoluto ilimitados. Los avances científicos tienen un límite y desde luego no se realizan al mismo ritmo. Por lo tanto, su dogmática y neoliberal aplicación al entorno global, sin preocuparse de las distintas repercusiones que los diferentes marcos legales pueden causar, o simplemente por la inexistencia de un marco legal internacional adecuado, representa un riesgo y una irresponsabilidad que solo se entiende por los beneficios logrados a corto plazo, a costa de llevarse las empresas de países con entornos laborales protegidos, a otros en donde las regulaciones laborales apenas existen y la explotación al trabajador es notoria, degradando a corto plazo la calidad del trabajo globalmente y quedando un panorama nada halagüeño a largo plazo, de seguir la tendencia. Pero claro, nada como una fuerte crisis como la actual para que las empresas ya no tengan que buscar fuera, mano de obra de bajo coste.

No solo en el ámbito laboral, económico o político, se dan casos del ansia por satisfacer a los mandos aplicando a rajatabla sus directrices sin ni tan siquiera intentar entenderlas. La misma Iglesia Católica ha pedido perdón por sus graves errores cometidos en el pasado por aplicar de forma literal unas escrituras de más de mil quinientos años de antigüedad, en la época a la que nos referimos.

Si tiene que venir un Nuevo Orden Mundial, y no se desea cometer de nuevo otra vez los mismos errores, tendrá que ser uno en el que la insolencia y la independencia de criterio, el cuestionamiento natural y argumentado de las ordenes vengan de donde vengan, siempre y cuando las circunstancias lo permitan, sea habitual.

Habrá que definir, esta vez bien, las relaciones entre los diferentes escalafones de las jerarquías, allá donde estas sean necesarias. Esta si que sería una verdadera revolución.