
El 11 de septiembre de 2001, menos de tres años antes de la fecha que abre el título de este artículo, la mayoría de ciudadanos de todo el mundo observamos atónitos como un par de aviones comerciales se estrellaban contra los tal vez, edificios económicos más emblemáticos y representativos del capitalismo del mundo, y de a la vez, nación más poderosa del mismo.
La indefensión y pánico por la que es imaginable pasarían los desdichados pasajeros de los aviones, o la visión de gente del interior de los edificios que prefieren lanzarse al vacío a una muerte segura, antes que pasar por otra igualmente...