VIVE EN CHURRANÉS. NO RENUNCIES A TUS DERECHOS
Eslogan hipotético de una a su vez hipotética República de Churrania. Cuando crearon los políticos churraneses este eslogan lograron aunar en una sola frase gran cantidad de falacias. En primer lugar, se usan conceptos ambiguos, ya que no se sabe con certeza que es «vivir en churranés» (¿pasear, comer, follar en churranés, todo...?), ni tan siquiera si lo de en churranés es un derecho y si implica algún tipo de obligación para los ciudadanos (el cumplimiento de los derechos de los ciudadanos solo debe implicar responsabilidades a las instituciones públicas, no a los ciudadanos. Estos deben actuar en libertad dentro de los márgenes más amplios que marque la ley, en otro caso, se trataría de una ley de imposición, es decir, en el caso que nos ocupa, el imponer a un sector de la ciudadanía unas obligaciones para satisfacer unos supuestos derechos de otro sector, sin especificar la reciprocidad para con los primeros), por lo tanto la conclusión a la que se llega «no renuncies a tus derechos» no corresponde con la proposición inicial. Igualmente ocurre a la inversa, es decir, si defiendes tus derechos --> vive en churranés. Es también por tanto un falso dilema, o lo mejor de todo, un magnífico ejemplo de la de la ley del embudo. Además de todo lo señalado, lo más importante es la apelación al cumplimiento de los derechos, con la carga emotiva que esto implica.
Esta ficción, que parece difícilmente superable en la realidad, lo ha sido por los políticos catalanes. A tenor de lo que se puede encontrar en la red, al parecer y haciendo gala de una impresionante habilidad, ¡¡han logrado que se lo subvencionen!!
Declaraciones del responsable del área lingüística de la Generalitat de Catalunya en el Fórum de Barcelona 2004
si existe el derecho a la sanidad o a una buena alimentación, está también el "derecho legítimo a vivir en catalán"
Si bien este acto fue hace algo de tiempo, las consecuencias se comprueban claramente en la actualidad. Centrándonos en el documento, la equivalencia de esta afirmación del secretario de política lingüística de la Generalitat, Antoni Mir, con la del inicio del artículo es evidente, e igualmente impresionante el alarde de falacia de falsa analogía, además de todas las anteriores. ¿Tienen alguna relación los derechos básicos mencionados con la entelequia de «vivir en catalán»?.
...este idioma tiene que entrar felizmente en todos los ámbitos de la sociedad...
¿Como?, ¿Imponiendolo? ¿Y por qué?, ¿Se menciona que lo reclaman los ciudadanos? ¿Lo necesitan? ¿quien decide lo que necesitan los ciudadanos? ¿Y si no entra «felizmente» que ocurrirá?
hay ámbitos en los que "no ha superado la despenalización"
¿El catalán, está penalizado? ...¿Que quiere decir esto, que hay mas castellano-hablantes?, entonces, ¿Quien tiene la culpa ahora de que el español o castellano lo tengan como lengua habitual un 50% (aprox.) de la población? ¿Cómo se va a despenalizar? ¿Acaso será cuando lo usen obligatoriamente el resto de ciudadanos que no lo utilizan en Cataluña?
"el gran avance" en la difusión del catalán "se debe hacer en el sector privado", porque no es posible que actualmente aún haya comercios o multinacionales incapaces de dirigirse al consumidor en catalán
Análisis:
- Asegurar la oferta en catalán en comercios y empresas privadas mediante la implantación de una ley que imponga la utilización de una lengua determinada en detrimento de otra igualmente entendida por los usuarios, es una intervención en el mercado, cosa que podría ser admisible racionalmente si no fuera por que está fuera del ámbito económico, legal y/o de seguridad. Por este motivo es una imposición lingüística que no se corresponde con un deseo de mejora en la calidad del servicio.
- Derecho de la ciudadanía. Derecho para unos y obligaciones para otros. Además, el empresario también es un ciudadano. Podría o debería, ofrecer sus servicios en inglés si considerara que tiene la demanda necesaria.
- Libertad de elección del ciudadano. Mientras se permita, facilite o incentive a las empresas el escoger cualquier idioma o idiomas, será el ciudadano el que valore este servicio como de valor añadido. El usuario (en términos comerciales) podrá ir a otra empresa si alguna de ellas no ofrece catalán, si lo considera necesario. En definitiva, es el ciudadano el único que puede (o debería) imponer a las empresas (y a los políticos) en función de sus necesidades (teoría básica del marketing o mercadotecnia, y del sentido común). Si existe la necesidad, en un plazo medio, surgirá el servicio y a continuación será imitado por la competencia, si es valorado por los usuarios.
Actualización (02/04/2006): ver comentarios
Hay muchas preguntas por responder y otros hechos más que dudosos. Como comparación, en la Constitución Española de 1978:
Artículo 3
- El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
- Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
- La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.
Como se puede comprobar, la obligación existe, pero únicamente de conocer la lengua española oficial. El ciudadano es libre de usar la que quiera. En el caso de Cataluña, con esta normativa lingüística, no solo se impone el conocerla, sino que también se impone su uso. Es decir, de seguir esta tendencia podría ocurrir que los ciudadanos de la comunidad de Cataluña además del deber conocer las dos lenguas de esta comunidad, español y catalán, estarían obligados a usar este último.
¿Como se puede garantizar este cumplimiento de la imposición de un idioma? Muy sencillo, mediante denuncias anónimas en las Oficines de garanties lingüístiques para denuncias a nivel personal.
¿Y en los medios de comunicación? Igualmente fácil con el organismo censor presuntamente inconstitucional e ilegal en cualquier gobierno democrático, el Consell de l'Audiovisual de Catalunya, ya que se le prevé dotar de capacidades ejecutorias, saltándose por los aires la separación de poderes, y constituyéndose como un Tribunal de Honor:
Artículo 26 Constitución Española de 1978: Se prohíben los Tribunales de Honor en el ámbito de la Administración civil y de las organizaciones profesionales.
Más recursos sobre la imposición del catalán:
Para poder hacer realidad el Vivir en Catalán para voluntarios, existe la página racocatalá. Pero no se quedan en esto, lo cual sería perfectamente admisible por supuesto, sino que tienen foros donde se pretende lograr que los valencianos «volvamos» a hablar nuestro idioma, según ellos, el catalán.
¿Y que hay del resto de los imaginados y deseados únicamente por los pancatalanistas Países Catalanes? No hay problema, se han creado dos páginas web valencianas para que nos faciliten poder disfrutar de lo que es Vivir en Catalán, digo, Valenciano.
En la educación escolar tenemos Federació d'escoles valencianes. Ya en la página uno de la revista Sembra de esta organización, se puede leer lo siguiente:
Som catalanoparlants alfabetitzats en valencià. La nostra catalanitat passa per la valencianització diària de les nostres comarques
Traducción: «Somos catalanoparlantes alfabetizados en valenciano. Nuestra Catalanidad pasa por la valencianización diaria de nuestras comarcas». Por si quedaba alguna duda, ¡¡¿¿Como se puede valencianizar algo valenciano??!!
Y como colofón, se puede observar un extraño fenómeno. Buscamos un enlace (es una lista de noticias, por lo que puede no estar en días posteriores) identificado como «voluntariat pel valencia» y recordamos el logotipo. A continuación vamos al Consorci per a la Normalització Lingüística de Cataluña, y buscamos el enlace «Programa voluntariat per la llengua» y fijémonos en el icono:
¿Coincidencias? Se recuerda que uno de estos dos programas es oficial de la Generalitat de Catalunya, y el otro aparentemente es una organización independiente situada en la Comunidad Valenciana y para valencianos. Parece que no quieren esperar a resolver la duda de si el valenciano y el catalán son o no lo mismo, y desean asegurarse de que con el tiempo, lo sea. Es interesante fijarse de que en la dirección del enlace de la página de Cataluña, este programa de aprendizaje está pensado, al menos por lo que se puede leer, ¡¡para inmigrantes!!
Y si esto no es suficiente, en el Informe de política lingüística 2004 de la Generalitat de Catalunya sobre inmigración, página 36:
La participació de la societat civil, especialment a partir del programa Voluntaris per la llengua
Así que el programa para aprender valenciano en valencia está relacionado o inspirado en el programa para aprender catalán para inmigrantes en Cataluña ¡¡acaso no dicen que hablamos la misma lengua!!!
Como se suele decir por aquí, «tres cuartos de lo mismo» en valencianisme. En este sitio se puede observar otro fenómeno no tan evidente pero también interesante, el icono o el logo del sitio:
Esta estrella recuerda a algo... en efecto:
¿Cuál es la realidad? El gobierno catalán pretende adoptar o lo está haciendo, medidas de intervención en el sector privado y en la sociedad en general, propias de gobiernos totalitarios, no destinadas a mejorar la calidad de la oferta o de los servicios, o a una demanda ciudadana, sino a una imposición lingüística. ¿Por qué? La respuesta puede constar de varios puntos, no excluyentes entre si:
- Por propia definición, y dada la naturaleza de lo expuesto, se trata de Nacionalismo étnico excluyente y el deseo de desplazar a una lengua no considerada de la etnia.
- Manifiesta una inseguridad en la capacidad de la lengua autóctona para mantenerse o la certeza de esta incapacidad para lograr el anterior propósito.
Además de esto, y para pretender hacer realidad los inexistentes y carentes de rigor histórico, Países Catalanes como etnia diferenciada, existen organizaciones, presuntamente vinculadas con el gobierno catalán y por lo tanto, infiltradas, para efectuar acciones similares en la Comunidad Valenciana, con el agravante de imponer una lengua normalizada de forma muy diferente a la tradicional y propia lengua valenciana de esta comunidad, y lograr de forma artera y engañosa, disminuir las evidentes diferencias entre esta y la catalana, a tenor de los hechos mostrados.