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domingo, 17 de enero de 2016

Safe Harbor y el email marketing

domingo, 17 de enero de 2016

Este enero se cumple el plazo de la decisión de la Unión Europea por la que se anula el acuerdo de transferencia de datos con EEUU vigente desde 1998. Este acuerdo —«Safe Harbour» (Puerto Seguro)— consistía en que este país era considerado seguro por la vieja Europa, pero tras todo lo revelado por el conocido Edward Snowden, ha dejado de serlo. Todo empezó en Irlanda, donde el ciudadano austriaco Max Schrems denunció que el uso de los datos personales de usuarios de la Unión Europea en los EEUU ponía en riesgo la privacidad de los mismos.

Debido a esta medida, los datos de los usuarios europeos que manejan estas empresas para ofrecer sus servicios no pueden ser transferidos a servidores en su país de origen. Por parte de estas empresas, implica que han debido adaptar sus sistemas a la nueva situación. Por parte de los usuarios y empresas europeas que hacen uso de sus servicios implica asegurarse que los datos de los clientes cumplen con el Safe Harbor, que como se ha explicado no se cumple para estas empresas salvo que sea acreditado.

En estos momentos un gran número de empresas del país norteamericano están en manos de los estados europeos. Google, Apple y Microsoft ya han sufrido en alguna ocasión las decisiones de los tribunales de justicia del viejo continente, y ahora les toca el turno —además de las mencionadas— a aproximadamente otras 4500 empresas norteamericanas que operan en Europa debido a la decisión tomada el año pasado por el Tribunal de Justicia de este continente. Entre estas empresas se encuentra el conocido servicio de marketing por correo electrónico MailChimp.

El gobierno de los EEUU está dando asistencia a las empresas de su país para que puedan continuar ofreciendo sus servicios en nuestro continente. No obstante, tal vez sea un buen momento para considerar otras opciones. Recientemente he recibido por correo información sobre el servicio de marketing por correo Mailrelay —del que ya se habló en otra ocasión—. En su comunicado proporcionan información importante sobre cómo eludir todos estos inconvenientes sin más que usar su servicios, ya que sus servidores cumplen 100% el requerimiento del Safe Harbor al operar todos en la Unión Europea. La oferta anuncia las siguientes ventajas:
  1. 6 meses gratis al pasar de Mailchimp a Mailrelay: aunque el servicio gratuito cumple las expectativas de la mayoría, ofrecen 6 meses gratis para ofrecer cobertura completa al pasar de un servicio a otro.
  2. Evitar problemas legales: para evitar que algún problema legal relacionado con el cumplimiento del Safe Harbour afecte al servicio de email marketing de tu proyecto, Mailrelai ofrece una guía paso por paso para efectuar la migración desde Mailchimp.
  3. Nueva interfaz: simple, moderna, fácil de usar y cumple con lo necesario desde el primer momento.
  4. En general, la empresa se puede calificar como el mejor servicio de email marketing en España por su adaptabilidad y constante evolución, además del resto de características que ofrece como listas, autorespondedores, formularios de inscripción, idioma, soporte técnico, etc.
Es una buena opción a tener en cuenta. Para más información puedes consultar sus manuales y el siguiente vídeo:



lunes, 16 de noviembre de 2015

La burbuja independista

lunes, 16 de noviembre de 2015

El sistema político que tenemos en España tiene defectos. Intenta ser democrático pero se queda a medias. El debate sobre su reforma lleva ya algunos años con nosotros, y entre las críticas que se hacen al mismo es que en él, los políticos se preocupan más en inventarse formas para continuar en el poder y lograr captar la atención de sus votantes, que en aportar verdaderas soluciones. No lo digo sólo yo, sino que es también la conclusión que queda tras leer el análisis de César Molinas sobre la clase política española.

El verdadero 'hecho diferencial' entre unas comunidades y otras, son los diferentes 'inventos' a los que han de hacer uso. Es una cuestión de la propia naturaleza humana. Los políticos de Barcelona no creo que sean muy distintos de los de cualquier otro sitio, de la misma manera que agencias de escorts y negocios similares los hay en todas partes. En cuanto se toca poder, hacen lo que tienen que hacer y dicen lo que tienen que decir para mantener su posición y privilegios. Con la particularidad añadida en el caso de Cataluña de que lo logran gracias a explotar el mismo sistema que critican y manifiestan repudiar.

Las burbujas

La burbuja inmobiliaria que ya conocemos fue consecuencia de inventarse una economía basada en unos recursos inexistentes. Una solución de corto plazo en base a inflar una solución para que parezca más de lo que es. Otras burbujas tal vez menos evidentes como la universitaria —en la que se han matriculado miles y miles de estudiantes que ahora están en el paro, fuera de España o subempleados— son claros ejemplos. 

El caso catalán

El caso 'singular' de Cataluña consiste en hacer uso de una corriente nacionalista muy extendida entre la población para realizar una propuesta determinada, sin atender a su verdadera viabilidad y consecuencias futuras. No se trata de analizar las causas del fenómeno del nacionalismo, es en cualquier caso, una realidad frente a la cual se puede actuar de muchas maneras. En el caso de los políticos catalanes ha sido hacer uso de ella para mantenerse durante décadas en el poder, siguiendo pautas similares a las del resto de España en las décadas recientes. El independentismo es otra burbuja política con toda probabilidad, por varios motivos:
  1. Tiene un respaldo amplio respecto a otras opciones.
  2. No se han analizado objetivamente sus pros y sus contras.
  3. Los que proponen las medidas logran sus objetivos políticos y obtienen un beneficio personal, a costa de la mayoría.
  4. Hay siempre alguien a quien culpar, a pesar de no ser los responsables. 

Comparaciones

Si se compara este caso con el más generalizado de la burbuja inmobiliaria parece que se ve con más claridad. En aquel entonces mucha gente advertía que mantener una economía basada en el ladrillo y las hipotecas basura era un suicidio. A pesar de ello, una gran mayoría cayó en el error ante la promesa de una vida de lujo y les siguió el juego, con las consecuencias conocidas. Era más fácil proponer esto que construir una economía sólida, con todo lo que ello conlleva en cuanto a igualdad de oportunidades, igualdad fiscal, seguridad legal y favorecer las iniciativas de emprendimiento. De forma similar, en lugar de buscar un punto de encuentro para mejorar la convivencia, este sentir numeroso de la población de Cataluña ha sido aprovechado por la clase política catalana para su propio oportunismo político, a costa de ignorar otros problemas ―punto 1―. Los políticos catalanes critican un sistema que califican de injusto, y no les falta razón. Pero en lugar de proponer soluciones como están haciendo otros partidos, proponen el abandono basándose en motivaciones emotivas y viscerales ―punto 2―, acentuado las diferencias.

Pero, ¿qué se gana con defender una postura inviable o cuya realización tiene numerosas dificultades, además de un resultado como poco, incierto y problemático? Obviamente, lo primero es que se logra el apoyo de una mayoría para alcanzar o mantenerse entre la clase dirigente —punto 3—. Puede parecer una locura, el caso es que tarde o temprano alguien acaba haciéndolo —mucha gente recordará la famosa entonces frase del periodo de José María Aznar, «España va bien»—. Ahora bien ¿qué pasa con las consecuencias, cuando todo se demuestre en su verdadera naturaleza? En el caso de la burbuja inmobiliaria lo estamos viendo: salvo algún cabeza de turco de dirigentes que comenzaban a ser un estorbo, la mayoría de los que protagonizaron aquel desaguisado quedan a cenar sin más preocupaciones. Los culpables y los que sufren ahora aquellas consecuencias son los ciudadanos que les apoyaron, que «vivieron por encima de sus posibilidades». En el caso catalán, y recuerden esto, la culpable de las consecuencias de todo lo que ocurra a partir de ahora tiene un claro protagonista para ellos: la malvada Espanya. En cuanto a quién pague las consecuencias, ¿qué creen ustedes?

La última similitud

Queda un último y definitivo punto que completa esta comparativa entre la burbuja inmobiliaria y el caso del independentismo catalán, que todavía no ha ocurrido. Si se trata de una burbuja política de consecuencias poco predecibles y muy probablemente complicadas, queda por ver, en efecto, cuando va a estallar.


miércoles, 28 de octubre de 2015

El email marketing en el mundo del Whatsapp

miércoles, 28 de octubre de 2015
Los 7 aspectos clave del éxito en email marketing [eBook]
¿Tienes una empresa y no te aclaras con la promoción? ¿Vives angustiado a expensas de los vaivenes del mercado? ¿Deseas dejar de tener un papel pasivo en tu futuro? Hoy en día, en esta época de carencias económicas, tal vez no veamos otras posibilidades que un mundo conectado nos brinda. Una de ellas puede ser la utilización del correo electrónico. El ahora ya clásico medio de comunicación, continúa —a pesar de todo— todavía vigente y puede ser utilizado para llegar a un público más amplio o mejorar la comunicación con ellos.

Para serles sincero, no soy quien para hablar con autoridad de marketing como vendedor o empresario, pero sin duda que sí puedo hacerlo como consumidor o usuario. Como tal, puede decirse que la popularidad de las redes sociales y los sistemas de mensajería instantánea es cada vez mayor. Que surjan nuevas formas de comunicarse es tan inevitable como conveniente. También se oye comentar que se ha llegado a la era Post-PC, y hay quien habla de su desaparición. Sería un tema que podría dar para un artículo dedicado, pero de lo que se trata en realidad es que ahora, a cada herramienta se le dota de un uso más específico, acorde a su verdadera naturaleza. 

Con el correo está ocurriendo algo parecido. La mensajería instantánea en lugar de ser lo que acabe con el correo electrónico, puede que sea lo que lo está convirtiendo en la herramienta seria y útil que nunca tuvo que dejar de ser, no solo en entornos corporativos sino también en la comunicación con los clientes. Gracias al Whatsapp se acabaron aquellos montones de correos con Power Point de dudoso gusto y menor utilidad. Es sin duda, la hora del correo electrónico.

Ahora bien, ¿por dónde empezamos? Recientemente ha llegado a mis manos —por correo electrónico, claro— una herramienta que promete ser muy interesante. Atrae desde un primer momento por su carácter de suscripción gratuita y por proporcionarnos, gracias a diversos manuales y vídeos de gran valor formativo, un valor añadido. Esta herramienta es Mailrelay y puedes acceder a dichos contenidos en su sección de manuales sobre email marketing.

Los manuales están en formato ebook, siendo el más reciente de ellos el que lleva el título Los 7 aspectos clave del éxito en email marketing. Hay varias opciones de descarga —entre ellas la descarga directa— pero si deseas estar al tanto de las novedades lo mejor es la suscripción —naturalmente, por correo electrónico— a su blog. Creo que es una buena oportunidad para empezar




lunes, 4 de mayo de 2015

El sentido común

lunes, 4 de mayo de 2015
Atar perro longaniza
Atar los perros con longanizas
Ese precioso y necesario don del sentido común, que es el menos común de los sentidos.

Ramón Gómez de la Serna (1891-1963)


¿Qué es el sentido común? ¿A qué nos referimos en España al hablar de él? El «sentido común» es un recurso que se usa cuando no se tienen palabras para justificar lo que pensamos que es «correcto». Pero al ser usado de esta manera, le hace perder el valor. Por ello, apelar a dicha figura en ciertos ámbitos es un asunto complicado. Aun así, siempre llega un momento en el que surge la necesidad de recurrir a un modelo de referencia. Pero este modelo no se encuentra, cada uno de nosotros tiene su idea de lo que es el sentido común, que suele ser nuestra opinión personal.

Sin embargo, ¿acaso las cosas pueden hacerse de cualquier manera? ¿Cómo es posible que no se pueda hablar de una manera «genérica» correcta de hacer la mayoría de cosas? Por ejemplo: para escoger el lugar donde irse de vacaciones, cada uno tendrá unos gustos y necesidades de ocio distintas e igualmente válidas. Pero parece de «sentido común» que si nos vamos a la montaña no nos llevamos camisa de flores, bermudas y chanclas de piscina. No sé. O si tenemos una mascota, tal vez sea de «sentido común» saber que los piensos son diferentes en función de su raza ¿Dónde está esa frontera que delimita la preferencia personal con el «sentido común»?

Parece que hay dos aspectos —como en casi todo— que hay que identificar y diferenciar según el contexto. En este caso, la parte objetiva y la subjetiva. Dicho de otra forma, el sentido común tiene una parte apoyada en la pura lógica y en evidencias palpables, y otra sujeta a nuestra propia impresión particular de la realidad. En España tenemos un grave problema, por tanto, ya que ni hay mucha pasión por la ciencia que digamos, y además, cada uno piensa que lo suyo es lo mejor sin tan siquiera meditar ante otras posibilidades, por considerarse un «signo de debilidad».

En España no es que no seamos listos, el problema en España es que nos lo creemos, sin realmente ponerlo a prueba. Nos lo creemos tanto, que nos cuesta dar el brazo a torcer. El problema de convivencia que esta circunstancia ocasiona es tal, que en lugar de señalar el defecto al vecino, argumentando tus motivos, la respuesta es: «si él lo hace, pues no va a ser más listo que yo», para a continuación cometer una tropelía tres veces peor que la de tu querido y simpático vecino. Para que vea que eres aún «más listo». La consecuencia es que independientemente de nuestras capacidades individuales, como colectivo somos uno de los más tontos de Europa.

El sentido común no es una característica individual, sino colectiva. Una característica que en su inevitable parte subjetiva, se compondrá de aquellas normas de convivencia que han de existir en todo colectivo. Normas que no necesariamente han de estar reflejadas en texto legal alguno, aunque para redactar estos, dependerá de la educación y del acervo cultural de una sociedad. Estas normas en efecto, no son ni buenas ni malas, simplemente están condicionadas por la cultura y tradición del lugar. Lo que es válido para un lugar no ha de ser aplicable a otro. Lo importante de la cuestión es tener un acuerdo, conocerlo y ponerlo en práctica. Puede que sea mejorable, puede que no valga para otros lugares, pero ha de ser útil. Y cuando no valga, se llega a otro acuerdo y se cambia.

En España no hay acuerdo, salvo para destruir. Seguramente por este motivo tras 40 años de democracia no hemos encontrado todavía un sistema educativo que no dependa del sesgo ideológico subjetivo de cada partido que gobierna. Un sistema político que promueve el gobierno desde un único punto de vista, que excluye a las opiniones críticas, un sistema que prácticamente imposibilita la formación de proyectos comunes. Un sistema político que no es de sentido común. ¿Será que en España, no lo tenemos?

lunes, 30 de marzo de 2015

Las jerarquías

lunes, 30 de marzo de 2015

Los dos sentidos del poder
¿Son necesarias las jerarquías? ¿Son todas iguales? ¿Son las jerarquías políticas incompatibles con la igualdad de los ciudadanos? Las jerarquías en general, son una forma de organizar elementos, clasificándolos y ordenándolos según un criterio. No han de ser necesariamente políticas, pueden ser de cualquier otro campo en el que sea posible subordinar unos elementos a otros. Como ejemplo, se pueden consideran los estados políticos como elementos y como el criterio de subordinación, las áreas geográficas que ocupan y a las que pertenecen. En este caso, el área determinada por el estado español está subordinada al área geográfica de la Península Ibérica, porque una está incluida dentro de otra:
        • Planeta Tierra
          • Eurasia
            • Europa
              • Península Ibérica
                • España
                • Portugal
Los criterios de subordinación pueden ser diversos y no todas las clasificaciones han de establecerse por una relación de «subordinación» vertical. También hay vínculos horizontales por los cuales es posible agrupar elementos, en caso de que puedan ser igualmente válidos —según un criterio arbitrariamente escogido—. Este tipo de organizaciones son las heterarquías, presentes en las organizaciones holocráticas —en las adhocracias se carece de jerarquía—. En el ejemplo propuesto Portugal y España corresponderían a una heterarquía de países peninsulares. Es necesario incidir en este punto ya que no es posible poner el enlace a la Wikipedia en español porque no existe. A pesar de ser un concepto evidente y cotidiano, resulta enormemente revelador que no le interese a ningún enciclopedista en nuestro idioma, un sistema de organización basado en la igualdad de sus elementos en lugar de en la subordinación. 

Las jerarquías en una democracia

No obstante, si en una democracia se parte de una situación de igualdad podría pensarse que se trata de una heterarquía de ciudadanos. Pero para poder realizar tal agrupación es necesario definir un criterio. En una democracia la situación de igualdad inicial se debe a una inexistencia de criterio definido, no a una igualdad real. A lo sumo, se podría hablar de un sustrato social —cultural y político— mínimo, pero insuficiente para crear estratos. La democracia es el único sistema cuya forma final se auto-define constantemente.

La población

Cada miembro de la sociedad tiene una habilidad, conocimiento y —fundamentalmente— una voluntad distinta. Por lo tanto, la primera necesidad que surge en una democracia con un número de miembros elevado, es la de establecer una jerarquía en función de su utilidad y capacidad, según el criterio de la mayoría. La función de los sistemas políticos consiste precisamente en esto: gestionar el capital humano y material de una sociedad para hacer frente a los retos y problemas a los que haya que enfrentarse. Una de las primeras materializaciones de esta situación es la elaboración de un Proceso Constituyente, por la que la sociedad elige a unos representantes para la labor específica de diseñar el nuevo sistema político.

Esta situación implica varias cosas —algunas suelen brillar por su ausencia en las democracias europeas—. Una es el carácter temporal de estas estructuras sociales creadas —ha de serlo ya que la sociedad es un grupo compuesto de individuos que cambian como consecuencia de su desarrollo en el seno de la misma—. Otra es la de la permanente capacidad de la sociedad para decidir sobre dicha jerarquía creada. En definitiva, existe una cultura de soberanía ciudadana que impregna todos los ámbitos y entornos sociales —político, económico, empresarial, cultural, etc.— de forma que en una democracia las jerarquías son decididas desde la base de la sociedad.

El criterio de la mayoría

Los criterios por los cuales en una democracia se eligen a las jerarquías son definidos por la mayoría en el propio momento de la elección. El único límite en principio, son aquellas decisiones que afecten al propio sistema que las hace posibles, el cual consiste en dar voz a todos en igualdad, incluidas las minorías. Es decir, no es ni mejor ni peor criterio que cualquier otro, ya que el «bien y el mal» son conceptos bastante subjetivos en la mayoría de ocasiones. Un representante elegido puede ser asiduo de locales de alterne y al mismo tiempo, actuar con responsabilidad y buen hacer en su función pública. O puede ser totalmente al contrario, la cuestión es que es la mayoría la que decide.

Para servir a Dios y al Rey

Naturalmente, la democracia «perfecta» descrita anteriormente supone una ruptura respecto a la división cultural y política existente. A muy grandes rasgos, en el viejo continente la tradición de las antiguas aristocracias y las jerarquías eclesiásticas continúa ejerciendo su influencia —salvo algunos como Francia y la antigua Unión Soviética que se los quitaron de encima por la vía rápida, con distinto resultado, eso sí— . Alemania y Reino Unido son dos casos tan particulares como completamente distintos: en el país germánico la estructura política fue establecida por los Aliados tras la Segunda Guerra Mundial, mientras que Inglaterra es uno de los pocos casos en los que los logros democráticos se han alcanzado con reformas políticas, en lugar de con revoluciones, extendiéndose al resto del Reino Unido.

En los países mediterráneos no hemos superado la caída del antiguo Imperio Romano. Desde la época medieval se continúa intentando emular la magnificencia y pomposidad imperial romana, olvidando sus errores y a dónde les llevaron. Este cesaropapismo es la causa por la que se refieren a nosotros como los PIGS —Portugal, Italia, Grecia y Spain—, en los que la cultura dominante se caracteriza por una sociedad pasiva que espera que se lo den hecho y unos dirigentes más preocupados en la pompa y la rimbombancia, que en su servicio al público. En este tipo de culturas las jerarquías son decididas desde su propia cima, es decir, en sentido contrario al de una democracia ideal. Esto ocasiona que el resultado de la acción de mando acabe favoreciendo principalmente a los intereses particulares de cada eslabón jerárquico, más que a la base de la sociedad.

Siendo realistas

Pensar en una sociedad en la que todo se decide de forma inapelable desde la base tiene un preocupante parecido con la dictadura del proletariado, base del sistema comunista. De hecho el propio Vladimir Lenin propuso como forma de organización de la clase obrera el llamado centralismo democrático. En realidad, su idea no era descabellada, el problema es que aunque de boquilla digan una cosa, me temo que al resto de comunistas no les gusta la idea de rendir cuentas ante la mayoría o que su cargo sea permanentemente revocable, tal y como proponía el líder ruso. Ya saben el poder es el poder, y aquí no se salva nadie.

Como opuestas a este intento de organización democrática se suelen encontrar las «democracias capitalistas», en las que es el poderío económico el criterio final que decide los eslabones de la jerarquía, dejando la participación ciudadana como algo simbólico, una especie de «acto de condescendencia» paternalista. El resultado es que las añejas instituciones europeas y el poder económico se alían en mutuo beneficio, conformando una especie de nuevo «despotismo ilustrado».
Creo sinceramente, como tú, que las instituciones bancarias son más peligrosas que los ejércitos preparados; y que el principio de prestar dinero para devolver posteriormente, denominada financiación, no es otra cosa que estafa futura a gran escala

Puede parecer una locura, pero tal vez el único lugar del mundo —que conozco— en el que se haya puesto en práctica la democracia de Lenin fueran los EEUU, en sus inicios. En aquel entonces se partía de cero, sin jerarquías definidas y con el pueblo como único poder que se auto-organizaba. Era así hasta el punto de que se quitaban de encima a quien no les gustaba, colgándoles del árbol más próximo. Luego vino el poder económico que allí tuvo un camino mucho más fácil que en Europa, ya que a pesar de advertirlo Thomas Jefferson, una vez controlaron el dinero no tuvieron quien se les opusiera para decidir sobre todas las cosas. A las oligarquías económicas, los políticos de aquel país que sí están bajo mecanismos de revocación de mandato —que han sido utilizados con efectividad— les importan un pimiento. Mientras no sean de utilidad para el mercado, claro.

El término «correcto»

El dicho dice que «en el término medio está la virtud». Yo no creo que sea así siempre, pero si nos alejamos de posturas radicales e inamovibles —que pueden estar tanto en los extremos como en cualquier punto medio elegido dogmáticamente— se encuentra un campo de posibilidades mucho mayor.

El verdadero punto de enfrentamiento que existe está en nuestra propia naturaleza: por un lado nuestra mente racional nos estimula a crear organizaciones funcionalmente lógicas, pero por otro lado, el instinto tribal nos hace dejarnos llevar por el animal que llevamos dentro. Parece que se acaba buscando un macho alfa como líder de «la manada». La variable «personas» en muchas ocasiones escapa a nuestro control, pero no hay más remedio que lidiar con ella.
Como resultado final de nuestra historia evolutiva conviven en cada uno de nosotros dos identidades, la individual y la colectiva. Negar la existencia de cualquiera de las dos naturalezas es cerrar los ojos a la realidad. Mientras que la identidad individual nos empuja al egoísmo y a la insolidaridad, la colectiva nos puede llevar al abismo, porque nos hace fácilmente manipulables. [...] ¿Será posible que algún día el ser humano pueda superar su permanente contradicción entre el individuo y el grupo? ¿Nos habrá conducido la evolución hacia un callejón sin salida? La respuesta, amigo lector, está en el viento.
Juan Luis Arsuaga (El collar del Neardental)

Hay casos, como los entornos empresariales privados, en los que es complicado pensar en una jerarquía decidida desde la base. Sin embargo, sí que es posible pensar en jerarquías de doble sentido, o en tramos, donde haya participación de los trabajadores. En otros entornos especializados como los profesionales —técnicos, judiciales, etc.—, los científicos o los académicos, es posible —y conveniente— establecer meritocracias en los que el criterio sea lo más objetivo posible. En cualquiera de estos casos es fundamental, al igual que ocurre con la democracia, una cultura de convivencia compatible con el sistema deseado. El poder, sea cuál sea, no es tonto. Tomará las decisiones que más fácil le sea aplicar sin demasiada oposición. Si se cambian las actuales jerarquías pero no se ponen límites a las que vengan, se logrará cambiar los collares. Pero los perros, serán los mismos.

jueves, 12 de febrero de 2015

Con Ni de Nicolás

jueves, 12 de febrero de 2015
Restos de una noche movida
¿Qué se ha logrado en estos años desde la Transición? ¿Hay alguien que se preocupe de la clase de sociedad que se está construyendo? ¿A qué se deben esas expresiones de entusiasmo que se vienen sucediendo desde hace décadas en solares, descampados, parques y sitios similares los fines de semana? Hubo varias teorías sobre los tristemente famosos «botellones», pero la sensación era que se consideraba como algo «marginal», un subproducto juvenil. Algo propio de la edad que se pasaría pronto.
...es lamentable que los que nos tienen que dar ejemplo de honradez son los que nos animen a robar
Tal vez por no estar relacionado de forma directa y evidente, nadie se acordaba entonces de que poco antes El Dioni se hizo «famoso» no por sus grandes contribuciones a la sociedad, sino nada más y nada menos que por un delito que él mismo cometió. Tanto que llegó hasta grabar un disco.
Las aguas están volviendo a su cauce y ahora se está más en la economía productiva
No mucho más tarde, a Felipe González, —el expresidente de gobierno del Partido Socialista en la época de los GAL, Roldán y el caso del Banco de España—, le preguntaban sobre la llamada cultura del pelotazo, por la cual la máxima aspiración consistía en mediante enchufe, lograr algún cargo público o montar una empresa al abrigo del poder político, cobrar muchísima pasta, y no dar un palo al agua. La sorpresa fue que no lo negó, sino que admitió que esa cultura existía, pero que no era cosa de él ¡a pesar de ser el Presidente del Gobierno!

Lo que vino luego no fue mejor, con Aznar, Zapatero y Rajoy. Entre los tres se pasó de hablar de la corrupción a hablar de la «crispación». Y mientras, la burbuja continuó inflándose hasta que estalló cuando más daño podía hacer.

En cuanto a las consecuencias sociales, ¿qué clase de «mensaje» se está transmitiendo a las generaciones que han crecido en este ambiente?, ¿qué consecuencias pueden tener el continuo ir y venir de noticias sobre sobornos, fraudes, engaños, gastos descontrolados de dinero público desde cenas opíparas hasta clubes de alterne?

En la televisión vienen siendo habituales día tras día desde hace una década o más, programas en los que sus protagonistas tienen como principal sustento diario la participación en dichos programas. Los «méritos» necesarios para lograr este estatus son al parecer, haberse acostado con alguien famoso o haber participado en algún programa, en el que no se hace nada más que convivir con otros «aspirantes». Como consecuencia, uno de los frutos de estos años es la profesión de «famoso», que tiene la principal particularidad de que surge de ella misma, es decir, de la nada.

Todas estas burbujas vacías han propiciado una generación que ha crecido en un falso clima de optimismo, cuidados entre algodones, sobreprotegidos en los entornos familiares. Es la llamada generación Ni-Ni, que ni estudia, ni trabaja, pero que ahora se ha de enfrentar a la realidad. Es cierto que otra burbuja, la universitaria, ha producido otro sector social que sí que estudia. El problema es que trabajar, trabaja poco, bien porque no hay donde hacerlo, o el que hay está muy por debajo de las expectativas que les habían prometido —siempre está la opción de pasarse a la política, claro, como han hecho los de Podemos—.

Alguien puede pensar que esto sólo ocurre en las clases más bajas, con pocos recursos y deficientemente educadas. Bien, pensemos por un momento en la Jefatura del Estado Español: el Rey. Es un cargo hereditario que está vetado a los ciudadanos españoles. Si bien es cierto que su capacidad ejecutiva se articula a través del Presidente del Gobierno, no deja de ser el mayor rango en la jerarquía política con capacidad para aceptar o revocar la elección de dicho presidente propuesto por el parlamento, además de ser el jefe de las Fuerzas Armadas y nuestro máximo representante internacional. Esto a nivel oficial, ya que no se sabe qué clase de conexiones e influencia pueda tener por otras vías. Pero podría decirse sin temor a equivocarnos que muchas.

Existe la posibilidad —remota, pero existe— de que la ahora reina consorte pudiera acceder a ocupar dicha jefatura, como regente. Se ignora si hay alguna clausula en el acuerdo matrimonial al respecto, pero este es otro problema: la falta de transparencia en algo que nos afecta a todos. La que era una simple ciudadana con su trabajo de presentadora de telediarios, ha demostrado el suficiente «mérito» como para ostentar una posición política que es imposible para el resto de ciudadanos, gracias a sus «habilidades» con el que fuera Príncipe. Estas son las aspiraciones, los ejemplos «didácticos» que la sociedad está asimilando y generando.

Si, de acuerdo, todo esto no es nuevo, pero tal vez no se haya planteado de esta manera. Presentado así, todo junto, lo que estamos presenciando no es un funcionamiento anómalo, irregular o desviado del sistema. Es este el verdadero funcionamiento. No intentemos buscar en él algún signo de racionalidad, lógica o búsqueda de la rectitud. Todo está orquestado para que una minoría «válida» pueda engañar, prevaricar, mentir e ignorar al resto de ciudadanos.

Miremos a nuestro alrededor. Si buscamos algo de valor lo encontraremos en la gente sencilla, seguramente. Sin embargo, en cuando se reúna un grupo de personas alrededor de algún interés económico u oportunidad de poder político —como por ejemplo sin ir más lejos, nuestro entorno laboral— nos encontraremos con un número significativo de personas que han formado una manera de actuar adaptada a este funcionamiento. Hay mucha más gente de lo que se puede pensar en un primer momento, que no intenta cambiar nada, ni se preocupa de si está mal o bien lo que ocurre.

No se trata de ser perfectos, ni angelitos. Se trata de que precisamente porque somos conscientes de los grandes defectos que tenemos las personas, nuestro sistema político y social debería tenerlas en cuenta a la hora de repartir el poder y ponerle límites. Y no ocurre así. Más bien al contrario.

No son casos aislados de gente problemática. Ni es un problema de determinadas clases sociales. Es al parecer el resultado de una nueva cultura que considera que es este el procedimiento habitual. Que considera que no hay límite alguno para el engaño al prójimo. Que no tiene el más mínimo rubor de mentir ante el público o ante cualquier medio, ya que lo considera algo totalmente normal.

El caso paradigmático de esta nueva cultura, de esta nueva especie, ha alumbrado su espécimen: el pequeño Nicolás. El caso de este joven que se ha codeado entre las altas jerarquías sin que nadie haya notado extraña su presencia, sin que haya habido una respuesta hasta ahora del sistema para limitar este tipo de actitudes, parece una prueba de ello. A pesar de todo, se pasea por las televisiones haciendo gala de su situación. Es lo normal.

Nicolás: Ni estudia, Ni trabaja

    jueves, 18 de septiembre de 2014

    Seis puntos sobre la crisis bancaria

    jueves, 18 de septiembre de 2014
    Los bancos siguen desempeñando un papel en el sistema, sin que por el momento, haya un sustituto
    Se ha hablado mucho sobre crisis, rescates bancarios y deuda publica. Todo el mundo dice tenerlo claro, pero se dan soluciones dispares. Mientras tanto, los ciudadanos tenemos que seguir funcionando. Sabedores de la preocupación de la sociedad, algunos bancos ofrecen como valor añadido el trato personalizado al cliente y muestran sus opiniones, como el Banco Mediolanum. Pero continua existiendo confusión.

    Sectores muy relacionados con el mundo económico han criticado duramente el enorme gasto publico que España estaba acumulando y señalan como prioridad la necesidad de su reducción. Por otro lado, sectores más críticos con el capitalismo replican señalando que dicho gasto era debido a los rescates bancarios. Pero de nuevo, el sector afín al mercado acude rápido a señalar un dato importante: el rescate no ha sido a la banca privada, sino a entidades controladas por políticos, como Cajas de Ahorros y filiales bancarias. No se trataría entonces de «auténticos» bancos privados.

    En lo único en lo que parece que hay cierto acuerdo es en que se ha gastado dinero público en asuntos «indebidos». Sin embargo, en cuanto se ha de concretar qué es y qué no es lo indebido, o señalar a los responsables y aportar soluciones, la empanada mental es impresionante.

    Agitando los mismos hechos con la mano, ambos sectores reclaman sin embargo medidas contrapuestas, a cada cual más radicales: por un lado se piden nacionalizaciones de aquellas entidades a las que se ha rescatado, y por otro, la prohibición de entidades bancarias publicas —como cajas de ahorro— debido al descontrol que han supuesto. Sin embargo, si nos apartamos de posturas dogmáticas la situación tiene otro aspecto:
    1. Tal vez llamar «banqueros» a directores ejecutivos de entidades financieras semi-públicas puestos a dedo por políticos sea excesivo, pero en cualquier caso, lo verdaderamente importante y en lo que parece que hay cierto acuerdo es que los políticos han tomado decisiones incorrectas, antes, durante y tras los comienzos de los desplomes financieros.
    2. El déficit público se debe en su mayor parte a dichos rescates. Da igual que hayan sido a entidades públicas que privadas. La cuestión es que no se ha debido a un gasto excesivo en educación, ni en sanidad, ni en desarrollo, ni en investigación.
    3. El dilema no consiste únicamente en si se nacionaliza o se rescata con dinero público un banco quebrado. El problema es si esta pretensión no se acompaña de otra de cambio fundamental en las instituciones democráticas que afecte al sistema de representación y control de los políticos que los manejarían. Desde el 15M, ambas exigencias suelen ir acompañadas. Por tanto, es absurdo prohibir las nacionalizaciones con la excusa de que «los políticos son malos». Lo que hay que hacer es ponerles límite.
    4. La principal diferencia entre un banquero y un político —o alguien que depende de ellos— es que el primero tiene su negocio en riesgo. El segundo no arriesga prácticamente nada, al menos en España. Pero precisamente por esta impunidad y prepotencia política, la sospecha de acuerdos poco transparentes entre el poder político y la banca privada se hace demasiado insoportable como para no tratarlos con cuidado.
    5. No se puede meter en el mismo saco a los bancos de EEUU junto con los de España. Sin entrar en lo que sería un largo debate sobre los pros y los contras del sistema norteamericano, la cuestión es que la situación es completamente distinta a la de España. Para empezar, los bancos de EEUU que han estado implicados en las causas de la crisis son entidades de servicios financieros. Esto es, de especulación pura y dura, negocio que apenas existe en España —por lo menos reconocido—. En este país donde el poder judicial apenas se diferencia del político y en donde se permiten instituciones como las SICAV, que sólo benefician a las grandes fortunas mientras el ciudadano es sacudido a impuestos, no hacen falta. Ya se especula suficiente con la confianza de los ciudadanos.
    6. Esta excesiva inocencia o confianza en el sistema político por parte de la sociedad, es la que nos hace a todos culpables de la actual situación, aunque sea por pasividad. Pero que seamos culpables, no es lo mismo que ser responsables. Lo son los que ocupan cargos que se supone existen para evitarnos estas situaciones, o que manejan una información privilegiada que han utilizado exclusivamente en su favor.
      Un consejo: a la hora de tomar decisiones o de valorar, la situación, no nos dejemos influir por la pelea de gallos en la que se ha convertido este asunto, como con tanta frecuencia suele ocurrir en la polarizada sociedad española.

      Enlaces:

      martes, 15 de julio de 2014

      Sociopatía en las redes

      martes, 15 de julio de 2014
      Yao Ming, el meme de intenet más famoso
      ¿Están cumpliendo las redes sociales con su cometido? ¿cuál se supone que es este? ¿están mejorando la comunicación entre las personas, o simplemente están trasladando un problema de un medio natural a otro tecnificado?

      Son varios los medios especializados los que advierten que las redes sociales mal utilizadas pueden hacer padecer a sus usuarios algún tipo de principio de sociopatía, entendida esta como una desconexión de la sociedad real, creándose una imagen y un entorno social en la red a medida de sus sueños, aislándose en él sustituyendo incluso a las relaciones de persona a persona. El usuario, se encuentra con que no soporta cómo el resto de la sociedad le ve, debido a lo cuál necesita construirse un «nuevo perfil», en donde de forma virtual vuelca en él sus anhelos, miedos y esperanzas. Como consecuencia, nunca soluciona verdaderamente su auténtico problema.

      Esta situación no es distinta sustancialmente a lo que ha ocurrido desde la misma aparición del teléfono, en donde mucha gente se pasaba horas hablando de temas intrascendentes, dejando a un lado otros aspectos de la vida que podrían reportarle un mayor beneficio personal que perder horas colgado de un terminal —procrastinación—. La diferencia es que la tecnología ahora es mejor, pero los avances logrados sólo se dirigen a cumplir de forma eficiente con el cometido básico de comunicar mediante el envió de un mensaje —voz o sonido, texto o imagen— a un destinatario. Para qué es el mensaje y cuantas veces lo utilicemos y cuando, es algo que sigue siendo potestad de la persona. Si no se es capaz de autocontrolarse y ponerse límites, la mejora tecnológica no sólo no va a solucionarnos la vida, sino que nos la va a complicar más.

      Always BHappy
      Tal vez conocedores de este problema, ha surgido entre otras la aplicación Always Bhappy, que intenta marcar una serie de pautas en el usuario que se supone «saludables». Según aseguran en la página de descarga de Always BHappy, el conjunto de actividades que se proponen está respaldado por profesionales de la comunicación y la psicología.



      Personalmente, creo que lo mejor es dejar de depender totalmente del teléfono móvil, pero para los más «enganchados», para los que han perdido la capacidad de organizar sus vidas fuera de una red social, tal vez pueda serles útil.

      martes, 17 de junio de 2014

      La educación necesaria

      martes, 17 de junio de 2014
      La autoeducación es, creo firmemente, el único tipo de educación que existe.
      Isaac Asimov

      Imagen: Flickr
       ¿Está la educación diseñada para ayudarnos, o realmente de lo que se trata es formar a carne de cañón para el mundo laboral? ¿qué función cumple la universidad en este ámbito? En la oferta laboral de un país cuya economía consiste en servicios y turismo, los puestos que venían siendo desempeñados por técnicos provenientes de la Formación Profesional, son ahora ocupados en muchas ocasiones por universitarios que han pasado años hacinados en las universidades de la época de la burbuja, estudiando unas carreras que ahora no pueden aprovechar como pensaban. Esto hace preguntarse a mucha gente si realmente no será más práctico hacer un curso a distancia como por ejemplo los de la conocida CEAC.

      Isaac Asimov, conocido divulgador científico y escritor de ciencia-ficción, autor de la frase que encabeza el artículo, opinaba que la educación tradicional tenía un excesivo carácter impuesto: todo el mundo ha de aprender lo mismo, en el mismo lugar y al mismo ritmo, sin tener en cuenta los gustos, las necesidades y las capacidades de cada alumno. Asimov venía a decir que por encima de un mínimo necesario para asegurar una base educativa común, debería existir un punto en donde fueran las circunstancias de cada persona las que decidieran la línea futura, sin estar constreñidos por los actuales rígidos patrones educativos.


      El educador y escritor Sir Ken Robinson, opinaba unos años después de forma similar. Para él, la educación sigue unos patrones obsoletos, originados en la época de la Revolución Industrial y orientados a formar a la gente en las áreas más técnicas, dejando la parte más creativa y artística en segundo lugar. Robinson critica que actualmente en las escuelas se forma a los alumnos para desenvolverse en entornos ordenados y predecibles, donde las matemáticas ocupan un papel primordial. Sin embargo, es cuando ocurre lo inesperado y los planes se vienen abajo —como en la crisis actual—, cuando hay que usar esa parte creativa e imaginativa actualmente menospreciada, para salir del atolladero.


      El todo caso, cualquiera de los que hemos recibido educación pública en los últimos 40 años podemos coincidir en que ésta no se corresponde adecuadamente con lo que posteriormente, en el mundo adulto y laboral, nos encontramos. Durante la Transición, con el advenimiento de las nuevas fuerzas políticas, se transmitió un optimismo que esas mismas fuerzas políticas destrozaron con su mal ejemplo. En el ambiente laboral, el caciquismo, el peloteo, la sumisión y el nepotismo, conceptos que no entraban en ninguna asignatura, son sin embargo una norma excesivamente necesaria para desenvolverse.

      Nos vendieron un mundo en el que la lógica, la educación y el respeto entre iguales debía ser la norma. Pero la diferencia con el mundo que uno se encuentra cuando acaba la formación académica es de tal calibre, que difícilmente se puede evitar pensar que de lo que se trataba —y probablemente se trate— en el fondo, es crear a marionetas al servicio de unos intereses que poco tienen que ver con nuestro desarrollo personal.

      Ahora bien, lo queramos o no, ese es el mundo que nos ha tocado vivir. Lamentarnos no sirve de nada, y es necesario conocer cómo funciona y cuales son esas normas reales que nadie nos ha contado, para encaminar nuestra vida lo más cerca posible de nuestros objetivos y nuestros sueños.

      Los títulos oficiales en España tienen el mismo valor que algunos artículos de la Constitución Española de 1978. Aquellos que defienden la igualdad de los ciudadanos, por ejemplo. Ambos casos son igualmente oficiales y defendidos por el Estado, pero los problemas que estas afirmaciones adolecen en su realización práctica, responden a una laxitud legal y formal que se arrastra desde sus orígenes, a la que las instituciones oficiales y empresas se acogen para lo que les interesa. Como consecuencia, los títulos apenas tienen mayor valor que para establecer filtros en convocatorias, normalmente de puestos por debajo de la capacitación teórica de lo que se exige.

      En definitiva, dentro de los engranajes del funcionamiento de la sociedad, los títulos son necesarios y hasta cierto punto convenientes. Pero se ha de tener muy en cuenta que por ellos mismos, no te aseguran absolutamente nada. Es en tu día a día laboral, donde vas a forjar tu futuro, y donde te van a ser necesarias todas las aptitudes posibles. Estas las habrás obtenido probablemente durante tu vida académica, pero con toda seguridad que te serán necesarias muchas otras —seguramente, inconexas con tu formación anterior— si no deseas verte arrollado por la realidad.

      miércoles, 4 de junio de 2014

      La evolución del comercio electrónico

      miércoles, 4 de junio de 2014
      Foto: flickr
      ¿Cómo era la sociedad hace 30 años? La revolución de las nuevas tecnologías junto a la aparición de nuevos dispositivos portátiles y la mejora en las telecomunicaciones, ha provocado una sucesión de cambios graduales en los últimos veinte años que pueden resultar imperceptibles, pero que han modificado sensiblemente nuestra realidad cotidiana.

      Inicialmente Google era tan sólo un motor de búsqueda innovador, pero se ha convertido en un gestor monstruoso y globalizado que maneja cantidades de información que hasta hace poco se hubiera considerado ciencia-ficción, y además, disponible para cualquier usuario: geolocalización, digitalización de documentos, robótica, automatismos, almacenamiento en la nube, blogs, vídeos, música, y en continúo desarrollo de nuevas áreas de investigación.

      Las redes sociales comenzaron tímidamente, pero han acabado siendo el paradigma básico en nuestra forma de comunicarnos. No solo a través de las nuevas tecnologías, sino también sustituyendo en algunos casos a la comunicación personal. Medios de comunicación, políticos, empresas, la práctica totalidad de la sociedad está pendiente del último trendig topic.

      Sin embargo, un área que siempre ha estado ahí pero que no ha experimentado aparentemente grandes cambios —hasta hace poco— es la del comercio electrónico. Esta forma de comercio existe desde los años setenta —sus orígenes son aún anteriores— en forma de «venta por catálogo». Con el desarrollo de Internet, se trasladó dicho modelo al nuevo medio sin más que publicar el catálogo en una página web. La burbuja de las «punto.com» de finales del S.XX apagó aquel inicial entusiasmo.

      La empresa española Weblisten sorprendió a finales de siglo con un nuevo modelo de distribución y venta de música, pero el entorno político y empresarial no estaba preparado. Fue cancelada por decisión judicial. Sin embargo, pocos años después Steve Jobs abría iTunes, que era lo mismo salvo que tenía el beneplácito de la industria musical y que se le añadía el importante «gancho» del iPod primero, y del iPhone después. En estas tiendas el usuario seleccionaba lo que deseaba desde su hogar o desde su dispositivo portátil, y se lo descargaba al instante, previo pago por algún método electrónico. En este campo surgió Paypal, un sistema intermediario por el que con tan sólo proporcionar un correo electrónico es posible enviar y recibir pagos, sin que sea necesario facilitar datos bancarios, más que a la propia empresa gestora de la transacción. Otro sistema similar surgido como competencia es el Google Wallet.

      La tienda Amazon se ha convertido en un gigante de referencia no sólo del comercio electrónico, sino del comercio global a todos los niveles. Desde China, la superpotencia económica, está surgiendo con fuerza la competencia con AliBaba  —el nombre no me inspira confianza, pero ellos sabrán—. Otros casos son por ejemplo TMart, Deal Xtreme o Asia Pads.

      Tras estos acontecimientos, la rutina de «irse de compras» por medios electrónicos, con todo lo que ello conlleva —es decir, pago incluido— comenzaba a formar parte de lo habitual. El siguiente paso era la fusión del concepto de «red social» con el del mundo comercial. Es decir, una red formada por usuarios que realizan intercambios comerciales entre ellos: esto es lo mismo que decir EBay, SegundaMano, Mil Anuncios, etc., —por supuesto, también hay quien abre su propio e-comercio—.

      Esta autogestión del comercio de productos se está extendiendo a ámbitos diversos. En la literatura, por ejemplo, los autores noveles —principalmente— comienzan a editar, publicar e incluso vender de forma electrónica sus propias obras. Ejemplos de ello son Bubok, Lulu o Byeink.

      ¿Que es lo que falta por completar este escenario? ¿Cuál es el eslabón que no se ha mencionado, que puede ser el siguiente paso evolutivo del comercio electrónico?: el transporte de mercancías.

      Amazon sorprendió al mundo con la noticia de que ella misma iba a gestionar el envío y transporte de mercancías directamente a los compradores mediante drones automáticos que por geolocalización acudirían a puntos de entrega previstos. La también mencionada Alibaba notifica que ha invertido en una compañía de correos de Singapur, con la intención de expandirse al resto del mundo.

      Estas soluciones pueden ser válidas para las grandes empresas, pero los usuarios de a pie, hemos de acudir a las compañías de correos y mensajería habituales. Como respuesta, estas ponen cada vez más facilidades para que cualquier usuario con una simple llamada telefónica o rellenando un formulario en la web, pueda enviar de vivienda a vivienda un determinado producto.

      Pero, ¿qué compañía escoger entre toda la cada vez mayor oferta?. La start-up española Packlink ofrece una solución con un comparador de empresas de mensajería.

      Con tan sólo introducir origen, destino y dimensiones del paquete a enviar, el servicio selecciona y muestra las posibles empresas de mensajería que pueden satisfacer el pedido configurado, indicando datos relevantes como precio y tiempo de transporte. El sistema gestiona además todo el proceso con la empresa seleccionada, desde el formulario de pedido hasta el pago correspondiente. Se trata pues de un gestor de pedidos de envío completo.

      Y esto seguramente, es sólo el principio de lo que ha de venir.

      lunes, 21 de abril de 2014

      Marketing y redes sociales

      lunes, 21 de abril de 2014
      Parece lógico que empresas relacionadas con la comunicación y la tecnología ―informática, medios de comunicación, entretenimiento y similares― dispongan de una gran presencia en las redes sociales ―en definitiva es otro modo de comunicarse usando la tecnología―. Pero, siendo como son los usuarios un público general ¿acaso no lo es también que empresas de otras ramas usen estos medios dentro de su estrategia de marketing comercial?

      Aunque se ha convertido en un tópico decirlo, lo cierto es que la tecnología se ha introducido definitivamente en lo cotidiano. Cualquier empresa de cualquier ámbito debería entenderlo como una oportunidad, aunque en una primera instancia se aleje de su actividad primaria. No se trata de «aprovechar una burbuja» como ocurrió en la época de las «.com» ―finales de los 90― sino que los departamentos de las empresas que han de estar en comunicación con sus clientes ―publicidad, relaciones públicas o atención al cliente, entre otros― aprovechen con efectividad estos nuevos entornos de comunicación ya consolidados.

      En este caso lo más inmediato es acudir a las propias empresas que han estudiado cómo pueden aprovechar estos nuevos canales de comunicación, aunque su actividad principal se salga de dicho ámbito. Los puntos siguientes se han extraído y adaptado de un artículo de 2012 de Candace Adrian, especialista en marketing de comunicaciones en Industrial Scientific Corporation , empresa líder en el sector de detectores de CO (Monóxido de Carbono).


      El éxito de la estrategia «social»


      Las empresas utilizan su presencia en las redes sociales con el objetivo básico de lograr una mayor interacción con sus clientes. Para ello, comparten regularmente contenido relacionado con su actividad y de interés de su público potencial, con la intención de obtener buenos resultados en estos indicadores:

      Crear «conciencia de marca»

      Para Gini Dietrich y Geoff Livingston (Marketing in the Round), las redes sociales tienen como una de sus funciones el proporcionar a la empresa la imagen adecuada para identificarse mejor con el público. Por ejemplo, transmitir conceptos como: «empresa responsable», «seria» o incluso «divertida», en función de la actividad de la empresa o de la imagen que se desee mostrar. De esta manera, aportan el elemento humano que el marketing  corporativo tradicional es a menudo incapaz de hacer.

      Mayor cobertura mediática

      Gracias a las redes sociales, pueden cultivarse grupos de «clientes de base» involucrados de alguna manera con la marcha de la empresa y con los que se mantiene una comunicación periódica. Estos grupos de «fans» difunden tanto historias de éxito como otro tipo de anécdotas que en cualquier caso, supone dar a conocer los productos de la empresa a un mayor público.

      Aumentar la satisfacción del cliente

      El contacto regular y mantenido con los clientes ayuda a conocer más sobre sus necesidades, así como la opinión del usuario final sobre la calidad de los productos o servicios. Esta información es tenida en cuenta y puede aplicarse posteriormente en su diseño y definición futuros, con el objeto de mejorar la experiencia del cliente.

      Por supuesto, aumentar los ingresos

      Naturalmente, el objetivo final y primordial de lo anterior es el de aumentar los ingresos. Sólo de esta manera es posible reinvertir en mejoras sobre los productos o en la creación de otros que cubran necesidades aún no satisfechas por el mercado.


      Impacto en ámbitos distintos a las nuevas tecnologías de la información


      Hasta ahora se ha mostrado la situación en términos genéricos que pueden ser aplicados a cualquier campo de actividad. Pero todavía existe la duda del impacto que pueden producir en otros ámbitos como el industrial —continuando con el ejemplo escogido—, cuyos profesionales son de mediana edad en su mayoría, y se cree que tengan poca presencia en las redes sociales. 

      Sin embargo, según un estudio de Tom Webster —investigador de medios de comunicación social de Edison Research—, el mayor crecimiento en los EEUU en el 2012 de cualquier grupo de edad en el uso de redes sociales, fue de 45 a 55 años de edad. También hay que señalar que un 55 % de la población de dicho país tiene un perfil en una red social, lo que da unas cifras de publico potencial que, aun descontando menores de edad, son relevantes.

      En los reportes anuales que la compañía GlobalSpec emite para los EEUU se observa que, aunque el uso de los medios sociales para fines relacionados con el trabajo se centra en un selecto grupo de plataformas, la adopción es cada vez mayor.

      Algunos datos tomados de los informes para el periodo 2010~2011:
      • La participación en LinkedIn creció de un 37% en 2010 a un 55% en 2011.
      • En Facebookla plataforma de medios sociales de mayor adopción entre los profesionales de la industria se acostumbra a mezclar las actividades relacionadas con el trabajo, con las personales. El 60 por ciento le da al «me gusta» en temas de negocios relacionados con su sector industrial, el 39 por ciento participa en debates sobre en el trabajo y el 37 por ciento lee artículos relacionados con el trabajo.
      • Un 29% de los profesionales del sector industrial de los EEUU ha creado un perfil en la red social Google+, creada en el 2011.
      Notas (del autor): aunque estas cifras son de hace dos años, la situación se ha mantenido en aumento hasta el 2013 según el reciente estudio publicado en el 2014, al menos para LinkedIn —un 73% en el 2013—. No es el caso de Facebook cuyo número de usuarios sufre oscilaciones y se mantiene en el 60%. En el caso de España habría que revisar presumiblemente a la baja estas cifras, aunque es de esperar que la evolución en años venideros registre aumentos similares.


      Dirigirse a la audiencia


      Este crecimiento constante sugiere que es razonable que empresas de ámbitos de actividad diferentes a los de las redes sociales, enfoquen su atención a la integración de herramientas de este tipo en sus estrategias de marketing. La decisión de cuales utilizar se deberá tomar teniendo en cuenta las preferencias de uso del público objetivo, escogiendo aquellos canales que lógicamente, registren una mayor participación de potenciales clientes. Estas herramientas pueden resumirse en las siguientes.

      Blog corporativo

      En un blog pueden compartirse con la audiencia recomendaciones de seguridad, tendencias, desarrollos de nuevos productos, etc. Si se cuenta con la participación de líderes de opinión, puede convertirse en una referencia en asuntos relacionados con la actividad principal de la empresa.

      Grupos de LinkedIn

      Estos grupos permiten tener un canal de comunicación permanente entre toda la comunidad relacionada con la empresa y su actividad: desde usuarios finales, proveedores, ingenieros hasta empleados o representantes de empresas de ensamblado de productos manufacturados. Se puede considerar la creación de grupos de usuarios relacionados con un producto o servicio determinado, para compartir experiencias con la empresa.

      Vídeos de YouTube

      «Una imagen vale más que mil palabras». Los vídeos permiten transmitir casi cualquier concepto de una forma creativa y atractiva. Su contenido puede variar desde testimonios de clientes hasta demostraciones de productos, y permiten ser incrustados dentro de otras paginas web para facilitar su acceso.

      En definitiva, las redes sociales permiten a cualquier empresa independientemente de su sector industrial, hacer llegar su imagen y mensajes más rápido y a un mayor público concreto que nunca. Los informes periódicos consultados indican que esta situación va en aumento, con un 61% en 2012 de encuestados que indican que utilizan las redes sociales para estar al día con las últimas noticias de las empresas, sus productos y de la tecnología.